Alberto Ravagnani es un conocido sacerdote italiano que se volvió también un influencer de renombre en las redes sociales. Es conocido como “El Sacerdote Fitness” ya que siempre comparte contenido sobre cómo llevar una vida saludable.
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Sin embargo, en las últimas horas generó polémica entre sus seguidores y se abrió un debate en torno a si estaba bien que promocionara un suplemento alimentario en sus redes sociales. Muchos lo acusaron de hacer una publicidad y de utilizar la fe de sus seguidores para tener una ganancia económica.
¿Por qué el sacerdote está en el centro de la polémica?
Alberto Ravagnani es cuestionado luego de aparecer en una cancha con una camiseta deportiva y el alzacuellos clerical promocionando un suplemento proteico que, según afirma, “ayuda a fortalecer el cuerpo y a cuidar el espíritu”.
En el video, que dura tan solo 45 segundos, se puede ver la marca de este suplemento que promociona el sacerdote y esto es lo que ha generado grandes críticas entre sus seguidores.
Hay quienes indican que no está bien mezclar la vida religiosa con fines comerciales. Aunque hay otras personas que defienden la postura del sacerdote indicando que lo único que hace es aconsejar a los jóvenes a llevar un estilo de vida más saludable. De todas maneras, tras la polémica, el video fue eliminado del perfil de Instagram del sacerdote.
¿Qué dijo la iglesia sobre esta polémica?
Según diferentes portales religiosos, el Código de Derecho Canónico indica una prohibición para los sacerdotes acerca de participar de cualquier actividad comercial o publicitaria. Se realza la idea que un sacerdote debe estar comprometido con su testimonio pastoral.
En tanto, y pese a las críticas, desde la Diócesis de Busto Arsizio, donde pertenece el sacerdote, indicaron que no se le aplicó una sanción porque no existe una violación de las normas de la actividad pública de un sacerdote. Sin embargo, se le solicitó a Alberto Ravagnani un informe sobre el contenido y la finalidad del video.
Posteriormente, el propio sacerdote explicó, a través de una historia de Instagram, que no midió correctamente el impacto de su mensaje y aclaró que no recibió ningún rédito económico por mencionar el producto. Advirtió que su único objetivo era compartir con sus seguidores la importancia de cuidar el cuerpo como templo de Dios.