En el mundo de la joyería, pocas preguntas se repiten tanto como esta: “¿Cuál oro es mejor?”. La respuesta tiene más que ver con gustos, presupuesto y estilo de vida que con números exactos. Porque no, el oro más caro no siempre es el más adecuado… ni el más resistente. ¿Cuáles son sus diferencias?
La clave está en entender qué significan los kilates y cómo se comporta cada tipo de oro cuando pasa de la vitrina de la tienda al uso diario que les dan a las piezas las personas.
¿Qué diferencia hay entre oro de 10k, 14k y 18k?
El quilataje (o kilataje) indica cuánta cantidad de oro puro hay en una pieza. El máximo es el de 24k: 100 % oro sin mezclas. Pero esa pureza viene con un detalle poco funcional: es demasiado blando, de acuerdo a información del portal Oromax.
Por eso, en joyería se trabaja con aleaciones, es decir, oro combinado con otros metales como plata, cobre o paladio, que le dan dureza y resistencia.
- Oro de 10k: tiene 41 % de oro puro y 59 % de otros metales. Es el más resistente, ideal para piezas de uso diario o para quienes tienden a “golpear” sus joyas con la vida real.
- Oro de 14k: contiene 58 % de oro y 42 % de otros metales. Equilibra brillo, calidad y resistencia. Es el más usado en anillos de compromiso y cadenas del diario.
- Oro de 18k: lleva 75 % de oro puro. Tiene un color más intenso y es más suave al tacto, pero requiere mayor cuidado.
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¿Cuál es mejor: más kilates o más resistencia?
Depende de lo que se busque. El oro de 18k tiene mayor valor por su pureza, pero también puede rayarse más fácil. En cambio, una pieza de 10k puede durar años sin perder forma, aunque tenga menos brillo dorado. Y ahí está el punto clave: no se trata de cuál es “mejor”, sino de cuál se ajusta a lo que se necesita.
Al final, el oro es oro. El diseño, el color, la textura y hasta la historia detrás de la pieza son igual de importantes que los números. Por eso, cada quilataje tiene su lugar y su público.
¿Cómo saber qué tipo de oro elegir para cada ocasión?
Para uso diario, como cadenas, anillos o aretes que van a estar en movimiento constante, el oro de 10k o 14k suele ser el más funcional. Si se trata de joyas especiales, que se usan en momentos puntuales y se cuidan como un tesoro, el de 18k brilla con luz propia.
Belinda intentó pasar inadvertida, pero la captamos probándose joyería
Y claro, también influye el presupuesto. El oro de 10k es más accesible, sin sacrificar calidad. Así que no es cuestión de más o menos kilates, sino de qué valoras más: durabilidad, brillo o exclusividad.