La CDMX está llena de rincones donde abundan las leyendas y los relatos que se transmiten de generación en generación. Cada calle parece guardar un secreto, entre misterios y ecos del pasado. Sin embargo, hay un sitio que esconde mucho más de lo que cualquiera imagina.
Vecinos y curiosos advierten no circular por una calle de la colonia Mixcoac, pues dicen que espíritus y presencias rondan sin descanso.
¿Cuál es la calle embrujada de la CDMX?
El callejón “Del Diablo” es solitario y poco iluminado, por lo que ha sido escenario de diversas historias paranormales. Según la Inteligencia Artificial (IA) de ChatGPT, se dice que el mismo Diablo se pasea por allí buscando almas.

En sus tiempos de mayor actividad, el callejón estaba rodeado de árboles y era frecuentado por peatones, pero con el paso del tiempo se fue quedando desolado, lo que alimentó aún más los rumores de su naturaleza embrujada.
¿Por qué se dice que El Callejón del Diablo es más peligroso en Día de Muertos?
Durante el Día de Muertos, se cree que las puertas entre el mundo de los vivos y los muertos se abren, permitiendo que los espíritus regresen a visitar a sus seres queridos. Esto ha llevado a la creencia de qué lugares con una historia oscura, como el Callejón del Diablo, se vuelven más activos en esta época. Se han reportado ruidos extraños, apariciones y una atmósfera inquietante, especialmente durante la noche del 1 al 2 de noviembre.
¿Qué otro lugar de CDMX está embrujado y es recomendable no visitar?
La Calle de Donceles, ubicada en el Centro Histórico de la Ciudad de México, es famosa por sus librerías de viejo y su arquitectura colonial. Sin embargo, también es escenario de diversas historias paranormales. Según información oficial de la Gobernación de la Ciudad de México, se dice que en esta calle es posible escuchar susurros inexplicables, pasos que no corresponden a nadie visible y sombras que se desplazan por las paredes.

Otro sitio es el Callejón del Aguacate, ubicado en el barrio de Santa Catarina, en Coyoacán, CDMX. Este lugar es conocido por su atmósfera misteriosa y las leyendas que lo rodean. Se cuenta que en la década de 1930, un militar solitario, afectado por estrés postraumático, recorría este callejón.
En una de sus caminatas, se encontró con un niño que le pidió jugar; en un arrebato de locura, el soldado lo asesinó y posteriormente colocó un altar a la Virgen María como un pedido de perdón por lo sucedido.
Al parecer, los sonidos y las apariciones continúan hasta la actualidad, por lo que se recomienda no transitar por la zona.