James Burke, el juez de la Corte Suprema de Nueva York, ha condenado hace unos momentos a Harvey Weinstein a 23 años en prisión, por acto sexual en primer grado; la sentencia que recibió fue por 20 años y por violaciones de tercer grado le dieron tres años más de prisión. Ambas llevarán cinco años de supervisión, aunque será difícil por la edad del productor estadounidense.
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Sin embargo, en los casos más graves se le declaró inocente; a pesar de eso, en otros casos se le declara culpable y el tiempo máximo de sentencia que se podía obtener era 25 años, de los cuales se le dieron 23.
Se le ha señalado de utilizar artimañas como llegar con bastones, andaderas y sillas de rueda a los juzgados; a pesar de ello y de todo el imperio cinematográfico que hizo a lo largo de estos años, no lo salvaron de pagar por los crímenes que cometió en contra de mujeres.
Más de 80 víctimas fueron las que denunciaron a Weinstein por acoso, agresión sexual o violación a lo largo de los años. El estadounidense pidió clemencia y aseguró que ya no era la misma persona que fue cuando empezó esta crisis.
A través del uso de los sentimientos, Harvey quiso tocar el corazón del jurado diciendo que tal vez no volvería a ver a sus hijos. Externó que no es un hombre tan poderoso como se cree, pues su compañía es pequeña y asegura que los verdaderos hombres poderosos que han agredido a mujeres están allá afuera.
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Con un toque de cinismo, Harvey Weinstein aseguró que se siente preocupado por su país. Por otro lado, las mujeres externaron el alivio de saber que ahora estará encerrado, pero también confesaron que el daño que les causó las seguirá por el resto de sus días.
