El asesinato del alcalde de Uruapan, en Michoacán, Carlos Manzo, ha detonado una ola de indignación y reclamos contra el gobierno federal. En el Zócalo capitalino, ciudadanos y miembros de la organización Resistencia Civil MX instalaron una ofrenda memorial frente a Palacio Nacional para exigir justicia y el fin de la violencia en el país.
Con veladoras, flores, ademáa de una gran fotografía del alcalde asesinado, los manifestantes gritaron lo que muchos consideran el sentimiento colectivo del país: “México está harto”.
Carlos Manzo: símbolo de indignación nacional
Carlos Manzo, quien en repetidas ocasiones había denunciado las amenazas del crimen organizado, fue asesinado días después de solicitar protección federal. Su muerte se ha convertido en el emblema de un reclamo generalizado hacia un gobierno que, según los manifestantes, “no protege ni responde”.
“Son acciones ya de desesperación, porque no es posible que un hombre que decidió levantar la voz y enfrentar al crimen sea asesinado cuando supuestamente tenía protección”, señaló Jaime Sandoval, integrante de Resistencia Civil MX, a cámaras y micrófonos de TV Azteca.
Homenaje a Carlos Manzo, una ofrenda frente al poder
La ofrenda no solamente honra la memoria de alcalde Manzo, sino también la de todas las víctimas de la violencia y de la omisión gubernamental, según los organizadores. Entre ellas se recordó a los agricultores ejecutados en el Rancho Izaguirre, a las víctimas del Puente de la Concordia y a los afectados por las recientes inundaciones en Veracruz, Puebla e Hidalgo.
“No sé si sea un homenaje o el último llamado. Si los mexicanos no abren los ojos, están acabando con México a pedazos”, lamentó Miguel Ángel Vera, uno de los participantes.
¡Ya no es exigencia, es reclamo! Durante el homenaje, varios asistentes coincidieron en que el país ha llegado a un punto de quiebre; la frustración ciudadana se traduce en un mensaje contundente hacia el gobierno federal: basta de culpar al pasado y de no asumir responsabilidades actuales.
“No necesitamos gobiernos autoritarios que mientan y no resuelvan. Si no pueden con el país, que se larguen”, sentenció Sandoval ante la multitud reunida en el Zócalo de la Ciudad de México.
Mientras las veladoras ardían frente a Palacio Nacional, la ofrenda se transformó en símbolo del cansancio de un país entero. Un grito resonó entre los asistentes y en redes sociales: “Ya no es exigencia, es el reclamo de un México que está… hasta la madre”.












