“El Chueco": todas las autoridades lo buscaban y no pudieron detenerlo

“El Chueco” no fue detenido ni juzgado por sus crímenes, a pesar de que autoridades de Chihuahua, el Ejército y la Guardia Nacional lo buscaron por varios meses

Por: Lucy Bravo

José Noriel Portillo Gil, alias El Chueco, presunto responsable del asesinato de dos sacerdotes jesuitas en Chihuahua, era buscado por la Policía, el Ejército y la Guardia Nacional. Ninguno de ellos pudo dar con él, a pesar de que se ofreció una recompensa de 5 millones de pesos.

“El Chueco” no fue detenido, ni juzgado por sus crímenes. Su cuerpo fue hallado tras ser ejecutado en Sinaloa, un estado históricamente castigado por la violencia de los cárteles del narcotráfico que se disputan el control de ese territorio.

El cádaver de “El Chueco” presentaba un impacto de bala en la cabeza y rastros de al menos 16 cartuchos de munición a su alrededor. Pero no hay indicios que ayuden a entender lo que ocurrió.

La Compañía de Jesús, la organización religiosa a la que pertenecían los dos sacerdotes presuntamente asesinados por “El Chueco”, consideró que la aparición de su cuerpo no es un triunfo de la justicia. También afirmaron que su asesinato confirma que las autoridades no tienen el control territorial en Sinaloa.

Este caso es otra muestra de la incapacidad total del Estado para garantizar no sólo la seguridad, sino también el acceso a la justicia para los habitantes de la Sierra Tarahumara.

“El Chueco” era buscado por las autoridades debido a que era considerado como el presunto responsable del asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, ocurrido en el municipio de Urique, Chihuahua, el 20 de junio de 2022.

Hoy estamos más lejos de saber lo que pasó y aún más lejos de la justicia. Ahora “El Chueco” terminará por formar parte de las estadísticas de cuerpos abatidos y abandonados de la Sierra Tarahumara en Chihuahua.

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