No es un edificio en construcción, es la prueba física de un engaño. Por dentro, el eco de los pasillos vacíos reemplaza al sonido de monitores cardíacos. Esto es lo que queda de la clínica Roberto Nettel, en Chiapas, uno que el gobierno federal juró entregar totalmente equipado a 115 mil ciudadanos: un fraude de concreto y una mentira que se puede tocar.

Las imágenes virales de goteras en quirófanos y pasillos inundados en la vieja clínica fueron la justificación para una promesa hecha en 2021, todavía en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Hoy, esa promesa es la burla más cruel.

“Aquí no hay nada": Un recorrido dentro de la clínica Roberto Nettel, en Chiapas

El exterior del edificio parece terminado, una fachada que esconde el abandono. Pero al cruzar la puerta, la verdad es abrumadora. Fuerza Informativa Azteca (FIA) caminó por lo que juraron sería la expansión del hospital, con un quirófano de alta tecnología para 18 especialidades, pero solo quedó el cascarón.

Donde prometieron 56 camas de hospitalización, hoy solo encuentra polvo y silencio; en el área destinada a terapia intensiva, lo único intensivo es la sensación de vacío. No hay una máquina, no hay un monitor, no hay una cama. No hay nada.

La ampliación de la clínica Roberto Nettel, en Chiapas, solo dejó el cascarón; por dentro no hay equipo para operar
La ampliación de la clínica Roberto Nettel, en Chiapas, solo dejó el cascarón; por dentro no hay equipo para operar |FIA

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El equipo médico millonario que se prometió nunca llegó. Después de tres años, la inversión se detuvo en las paredes, dejando solo muros inútiles de la supuesta expansión, la cual llegaba para ser un hospital de segundo nivel. La conclusión de quienes debían ser los beneficiarios es tan simple como demoledora:

“No, son puros mentirosos. ¿No? Aquí no hay nada”, sentencia José Luis Suárez, parado en medio de la nada, resumiendo el sentir colectivo.

La cruda realidad: La gente sufre entre goteras y moho en hospital de Chiapas

Mientras este “elefante blanco” se erige como un monumento a la negligencia, en la que quedó de la clínica Roberto Nettel las condiciones no han hecho más que empeorar: el moho avanza por las paredes, el mobiliario se oxida y las lámparas no encienden.

La falta de insumos es total. “No hay ni cómodo para los pacientes”, denuncia Isabel Pérez. La dignidad es un lujo que este sistema de salud ya no ofrece.

Las lámparas con moho y fundidas representan el deterioro de la vieja clínica Roberto Nettel
Las lámparas con moho y fundidas representan el deterioro de la vieja clínica Roberto Nettel | FIA

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“Necesito a mi hijo vivo": El grito de los pacientes abandonados a su suerte

La consecuencia más letal de este engaño es la falta de medicamentos y equipo funcional en toda la región de Tapachula. El abandono del nuevo hospital es una sentencia para quienes no pueden pagar.

Es el grito desesperado de Catalina Pérez, a quien le exigen 7 mil pesos en una lista de medicamentos para su hijo: “No los tengo, papito. Yo necesito a mi hijo todavía vivo”, menciona con la voz entrecortada.

Es la realidad de Daniela Barros, cuya comunidad tuvo que reunir 6 mil pesos en un día para que cuatro niños accidentados no murieran por falta de atención. “Si nosotros no nos hubiéramos movido para buscar el recurso, el día de hoy ellos ya estuvieran muertos”, afirma, evidenciando que la supervivencia ahora depende de la caridad y no del derecho a la salud.

Para 115 mil chiapanecos, la mentira del hospital fantasma tiene un costo que se mide en pesos, en desesperación y, trágicamente, en vidas.