El partido Morena está acelerando el paso para aprobar en la Cámara de Diputados una reforma a la Ley de Amparo que, según la oposición, representa un retroceso monumental para la justicia en México. Esta iniciativa busca modificar el juicio de amparo, considerado el último recurso de los ciudadanos para defenderse de los abusos del poder público.
El coordinador de los senadores del PAN, Ricardo Anaya, ha manifestado su rechazo a que la reforma se apruebe en estos términos. Anaya advierte que la medida implicaría “un paso más hacia la consolidación de un régimen autoritario”, donde los ciudadanos quedarían indefensos incluso ante violaciones a sus derechos humanos.
Por su parte, el senador del PAN, Raymundo Bolaños, calificó la reforma como “riesgosa en el más alto nivel”. Bolaños explicó que el amparo es el "último escudo” de los ciudadanos para protegerse de los abusos de la autoridad, y que esta iniciativa podría “borrar los alcances del amparo y complicar el acceso a la justicia”.
Audiencia pública, ¿simulación o apertura?
Ante la presión de la oposición, los legisladores de Morena aceptaron realizar una audiencia pública para escuchar a especialistas. Sin embargo, la oposición ha calificado esta acción como una simple simulación, ya que solo se les concedió un día para debatir un tema de tal magnitud.
El presidente del PRI, Alejandro Moreno, denunció lo que él llamó el “narcogobierno de Morena”, y afirmó que esta ley de amparo es “terrible”, ya que va a “destruir cualquier derecho de las y los mexicanos” y “no tiene justificación alguna”. Por ello, adelantó que su bancada no participará en el debate.
Ricardo Anaya coincidió con esta postura y expresó su preocupación de que el conversatorio termine en un “simulatorio”, donde Morena, a pesar de escuchar las opiniones, termine por “imponer su mayoría espuria” para aprobar lo que se le “pega la gana”.
Mientras el partido en el poder se apresura para sacar adelante la reforma, a la oposición no le queda más que pedir tiempo para que la sociedad sea escuchada. El debate se intensifica, y la reforma a la Ley de Amparo se ha convertido en un punto de quiebre en la discusión política nacional, con un claro riesgo, según los opositores, de dejar a los ciudadanos en una situación de total vulnerabilidad.