El gobierno nicaraguense confirmó, a través de la policía, que investiga a varias diócesis de la Iglesia Católica en el país por posible lavado de dinero. Esta apertura se da luego que medios locales revelaran que las cuentas bancarias de las parroquias fueron congeladas.
Una de las acusaciones que realizan las autoridades del régimen de Daniel Ortega es que, el pasado 19 de mayo, se encontraron “centenares de miles de dólares” en instalaciones de la Iglesia Católica en varias partes de la nación.
El resultado de las investigaciones confirmó la sustracción ilegal y recursos de cuentas bancarias que se habían ordenado por ley congelar, así como otros ilícitos, que todavía están siendo investigados como parte de una red de lavado de dinero que se ha descubierto en diócesis de distintos departamentos.
La autoridad alega que las cuentas de la Iglesia Católica están relacionadas con religiosos condenados por traición a la patria y otros delitos, y que las investigaciones han confirmado que el dinero ingresó irregularmente al país. Reuters consultó a varios obispos de Nicaragua pero no obtuvieron una repuesta inmediata.
AHORA Gobierno de Ortega confirma que ha congelado cuentas bancarias a la Iglesia católica de #Nicaragua. La policía dice en un comunicado que encontró “miles de dólares escondidos” en las diócesis y los acusa de lavado de dinero.
— Voz de América (@VozdeAmerica) May 27, 2023
¿Qué ha pasado con la Iglesia Católica en Nicaragua?
En febrero, el obispo de la Iglesia Católica, Rolando Álvarez, fue condenado a 26 años de prisión luego de negarse a subirse a un avión, y ser expulsado junto a 222 reos más, considerados presos políticos, por traición a la patria y ciberdelitos.
Antes, habían sido condenados por los mismos delitos seis sacerdotes de su diócesis, que sí se subieron al avión y se encuentran ahora exiliados.
El gobierno de Ortega ha intensificado los ataques contra la Iglesia Católica y acusa a los obispos de intentar darle un golpe de Estado a raíz de las protestas contra el gobierno que explotaron en 2018 y fueron reprimidas por la policía, según organismos de derechos humanos, con un saldo de 360 fallecidos.
Desde entonces Daniel Ortega ha expulsado y encarcelado a sacerdotes y religiosas de la Iglesia Católica, cerrado asilo de ancianos y comedores manejados por monjas y prohibido peregrinaciones y procesiones. También rompió relaciones con el Vaticano, aunque dijo que solo era un congelamiento.
En los últimos años, la relación entre la Iglesia Católica y el gobierno de Nicaragua, liderado por el dictador Daniel Ortega, se ha vuelto nuevamente tensa.
Durante las protestas antigubernamentales en 2018, la Iglesia Católica jugó un papel importante en la mediación y en la defensa de los derechos humanos. Sin embargo, algunos líderes religiosos y organizaciones de derechos humanos han acusado al gobierno de restringir la libertad religiosa y de ejercer presiones y hostigamientos hacia la Iglesia Católica y sus miembros.