Lázara fue adoptada por Blanca y Christian quienes trabajan en una tienda de Coatzacoalcos, Veracruz. La perrita llegó al local con una herida en el cuello y una grave enfermedad en la matriz.

Un veterinario les aseguró que la perrita había sido víctima de maltrato animal y además, por ser de la raza bóxer, era explotada para tener crías.

Los dos empleados de la tienda y algunos de los clientes cooperaron para la cirugía de Lázara quien se recuperó satisfactoriamente; después pidieron permiso al dueño para que la perrita trabajara con ellos en el establecimiento.

Ahora Lázara porta su uniforme y cumple su horario de trabajo, al terminar su jornada laboral va a una casa donde recibe mucho amor.