Cuando las parejas se casan o simplemente se van a vivir juntos, es muy común que a la hora de dormir lo hagan juntos. La recámara principal se convierte entonces en el lugar para que ambos disfruten de una buena noche reparadora de sueño. O eso pensábamos hasta ahora.
Y es que de acuerdo con un estudio realizado por especialistas de la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño (AASM, por sus siglas en inglés), las parejas están haciendo un “divorcio del sueño”, lo que significa que ya no están durmiendo juntos como se pensaba que era una tradición.
¿Qué porcentaje de parejas duermen separadas?
Al menos un tercio de los encuestados por la AASM señalan que ocasionalmente o frecuentemente duermen en otra habitación par beneficiar a sus parejas . Los hombres suelen acudieron al sofá o a un cuarto de huéspedes.
El mismo estudio señala que el 45% de hombres afirma que duerme ocasionalmente o frecuentemente en otra habitación, comparado con el 25% de las mujeres que lo hacen.
Aunque estas cifras cambian de acuerdo con la edad, ya que los el 43% de los millennials son quienes suelen dormir separados de su pareja ocasionalmente o frecuentemente, mientras que sólo el 33% de la generación X lo hace, en tanto que el 22% de los baby boomers , nacidos entre 1946 y 1964, mencionó que duermen separados.
¿Qué es mejor: dormir juntos o separados?
Los especialistas que realizaron este estudio señalan que las nuevas generaciones suelen cuidar la calidad del sueño de sus parejas, ya que ello representa un mejor estado de ánimo y menores discusiones en el día.
“Sabemos que dormir mal puede empeorar el estado de ánimo y quienes tienen falta de sueño tienen más probabilidades de discutir con sus parejas. Puede haber cierto resentimiento hacia la persona que causa la interrupción del sueño, lo que puede afectar negativamente las relaciones”, destacó Seema Khosla, neumóloga y vocera de la AASM.
La neumóloga agregó que el concepto “divorcio del sueño” puede parecer duro, pero es necesario en casos cuando la pareja no puede dormir bien, como por ejemplo, fuertes ronquidos del otro.
En esas circunstancias, es escenario “hablar con un médico sobre la apnea obstructiva del sueño” destaca Khosla, ya que los ronquidos pueden representar apnea del sueño, que puede causar fatiga, dolores de cabeza, insomnio, dificultad para concentrarse, entre otros síntomas.