En la ranchería “El Golfo” en Pijijiapan, Chiapas, la falta de acceso a servicios de salud representa un problema grave que sufren más de 50 millones de mexicanos que viven en zonas rurales y marginadas. Ana María Toledo, habitante local, denuncia: “No tenemos doctores, no tenemos enfermeras, no tenemos nada”, evidenciando la grave crisis de salud que se vive en las comunidades rurales en México.

La precariedad del sistema de salud en comunidades rurales en México

¡Completo abandono! El único centro de salud en la comunidad permaneció cerrado siete meses. Hasta hace poco, un técnico en salud visitaba una vez al mes, pero ahora solo quedan “sillas empolvadas, un escritorio y una botella de alcohol” según testimonios locales. Esta situación obliga a los habitantes a trasladarse a ciudades cercanas para recibir atención.

La ausencia de ambulancias agrava la crisis. Ana María relató que tras sufrir un paro cardíaco, tuvo que esperar dos horas sin atención médica y gastar en un taxi hasta Tapachula. Este tipo de episodios refleja la precariedad del sistema de emergencias en comunidades rurales.

Impacto en mujeres: falta de medicina preventiva y educación en salud

La ausencia de servicios va más allá de emergencias. Mujeres de todas las edades padecen la falta de prevención y educación médica. “No nos enseñan cómo es el cáncer, no nos enseñan cómo es el Papanicolau”, explica Ana María, resaltando el vacío en campañas de salud femenina y detección temprana.

El derecho constitucional contra la realidad en el campo mexicano: Aunque en México el acceso a la salud es un derecho garantizado por el Estado, la realidad para estas comunidades es aparte. Ana Bertha Espinoza Hipólito denuncia que solo pueden acudir a doctores particulares si cuentan con dinero: “Si no, pues ahí Diosito dirá si aguantamos o no aguantamos”.

¡Un llamado urgente para mejorar la salud en comunidades marginadas! Los habitantes exigen acciones concretas y mayor apoyo gubernamental. “Que hagan más por la gente pobre porque en verdad lo necesitamos”, finaliza Ana María, expresando la urgencia de transformar esta grave situación.