Pocas cosas transforman tanto un espacio como plantar un árbol en la banqueta frente a tu casa. Pero no cualquiera. Debe ser uno que no crezca de forma descontrolada, que no levante el piso, que dé una buena sombra y que, además, huela delicioso. Y sí existe: se llama naranjo dulce, la opción perfecta para quienes desean un hogar verde sin complicarse la vida.
Este arbolito —porque no se va a hacer gigante— suelta un aroma suave y fresco cuando florece, gracias a sus azahares, esas flores blancas pequeñitas que aparecen en primavera. Si alguna vez se ha pasado por una calle con naranjos en flor, se entiende por qué tanta gente se está animando a plantarlo cerca de casa.
Cuáles son las ventajas de tener un naranjo en casa
El naranjo dulce (Citrus sinensis) no tiene raíces rebeldes. De hecho, se puede plantar cerca de banquetas o bardas si se le deja su espacio —con un metro de distancia es más que suficiente— y no va a andar levantando concreto ni afectando tuberías.

Además, si quieres que crezca saludable y dé fruta, debes considerar algunos cuidados puntuales.
Según la guía de arbolado urbano de la Secretaría del Medio Ambiente de CDMX (Sedema), es una planta segura para la ciudad. Y además, no crece más de 5 metros, así que no da sombra de selva tropical ni invade techos. Lo justo para refrescar una entrada, camellón o patio chico.
¿Otra razón para querer un naranjo en casa? Con algo de suerte y paciencia, da naranjas. Son Comestibles, dulces, llenas de vitamina C. Y aunque no toneladas, son las suficientes para hacerte sentir orgulloso cada otoño.
Cómo hacer que el naranjo no rompa banquetas, crezca saludable y de fruta
Cuidarlo no tiene ciencia. Se planta en primavera, se pone donde le dé bien el sol (mínimo seis horas diarias) y se mantiene la tierra ligeramente húmeda. Nada de charcos, nada de regarlo todos los días, sino cuando veas que el sustrato se seca.
El Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) recomienda usar tierra con buen drenaje, y si se le quiere dar un apapacho extra, un poco de composta o fertilizante orgánico una vez al año —de marzo a julio— le viene de maravilla. Ya que agarra fuerza, es resistente, agradecido y florece sin tanto esfuerzo.
Y como plus: sus flores atraen abejas y mariposas, lo cual es buenísimo para todo lo que vive alrededor. No solo es bonito y funcional, también suma al ecosistema urbano sin estorbarle a nadie.