El pozole no solo es el alma de las fiestas patrias… también tiene un origen sorprendente que muchos mexicanos desconocen.
Cuando pensamos en comida tradicional mexicana, el pozole se lleva una corona verde, blanca y roja. Pero detrás de ese caldito caliente con granos de maíz esponjados como florecitas, hay toda una historia que va mucho más allá de lo que imaginamos.
¿De dónde proviene el pozole y por qué su historia es tan impactante?
El nombre pozole viene del náhuatl pozolli, y de tlapozonalli, que se traduce como “espumoso”. Y sí, eso tiene todo el sentido del mundo cuando ves cómo los granos de maíz cacahuazintle, tras dos horas de cocción, revientan como si fueran flores blancas en el caldo.
Pero lo que pocos saben es que este platillo no nació en la Ciudad de México, ni en Puebla, ni en Oaxaca… sino que la versión roja tan famosa tiene su origen en Jalisco, y la verde es orgullo de Guerrero.

Además, hay registros que indican que el pozole se preparaba incluso antes de la conquista y que era un platillo reservado para el emperador Moctezuma y las ofrendas al dios Xipe Tótec.
Sí, así de ancestral es este manjar. Tanto así que en algunos textos recopilados por frailes españoles se menciona que, en un inicio, se preparaba con carne humana como parte de rituales. Aunque otras versiones afirman que se cocía con carne de xoloitzcuintle, el perrito prehispánico por excelencia.
Los tipos de pozole y de qué estado son
Con el tiempo, el pozole fue cambiando (y mejorando, por suerte) hasta convertirse en el platillo que ahora conocemos y adoramos. Y aunque cada casa tiene su receta secreta, estas son las versiones más populares:
- Pozole blanco
Es el más común y clásico, preparado con cabeza de puerco, maíz seco y servido con lechuga, rábanos, orégano, chile piquín y su respectivo limoncito. Se come mucho en el centro del país. - Pozole rojo
Originario de Jalisco, esta receta se pinta con chile guajillo y chile ancho. Es el favorito para quienes buscan un sabor más robusto. Usualmente lleva carne de cerdo, aunque hay quienes lo hacen con pollo o pavo. - Pozole verde
Este sí que es especial, viene de Guerrero y se prepara con tomates verdes, pepita molida, epazote y más. El resultado es un sabor fresco y ligeramente ácido. Algunos lo acompañan con chicharrón o incluso con aguacate. - Pozole de mariscos
En Colima, Jalisco y Nayarit, el mar también se mete al plato. Se hace con caldo de camarón, manteca de cerdo y lleva de todo: camarón, pescado, pulpo, almejas… ideal para los paladares costeños. - Pozole vegetariano
Pensado para quienes no comen carne, esta versión usa champiñones y setas como base. El caldo se condimenta con ajo, cebolla, chile guajillo y laurel, logrando un sabor profundo y reconfortante sin proteína animal.
¿Por qué el pozole se suele comer en septiembre?
En septiembre, el pozole brilla con fuerza en todas las mesas mexicanas, pero su historia está presente todo el año. No importa cuál sea tu versión favorita, todos los tipos de pozole tienen un punto en común: están hechos con ingredientes del campo mexicano y representan siglos de tradición, resistencia e identidad.
Receta fácil y deliciosa de POZOLE VERDE, con el chef Rahmar Villegas en Venga La Alegría
Así que la próxima vez que te sirvas un plato humeante de delicioso pozole, recuerda que estás conectándote con algo muy, muy antiguo… y muy mexicano.