La viuda Montegrande y la senadora Tapia le advierten a Mariana que si no entregan al responsable de la muerte de su marido podría terminarse el patrocinio al hospital. Mariana descubre que Sagrario está embarazada. Reséndiz se resigna a su ceguera y decide que llegó el momento de ir a casa y seguir su vida, pero no pierde la esperanza de regresar a dirigir el hospital; tampoco quienes trabajan allí, que lo despiden con afecto, respeto y admiración. Lucía nuevamente usa su don, y Karina avanza ocupando cada vez más sus espacios personales y profesionales.
Mariana y el auditor de la fundación tuvieron que resolver el problema de la viuda del Diputado y de la Senadora que amenazó a Mariana con retirar el apoyo del partido al hospital. El auditor le dijo que tendría que sacrificar a alguien del hospital, pero Mariana no estuvo tan segura de querer hacer algo así.
El Dr. Oscar Gaytán le dijo a Reséndiz que todo iba bien con su recuperación, pero no pudo asegurarle que recuperaría su vista. Dentro de toda la pequeña discusión que hubo entre los doctores, llegaron a la conclusión de que sería mejor que le dieran el alta y terminara su recuperación en su casa. A su salida, todo el personal del hospital Matilde Montoya lo estaban esperando para despedirse y decirle que todos están esperando su regreso.