Hay malos olores que simplemente no se van. Puedes limpiar, echar aromatizante, dejar la ventana abierta… y aun así el baño vuelve a oler raro al poco rato. A muchas personas les pasa, y por eso en redes anda circulando una mezcla casera que está dando de qué hablar. Lo curioso es que no lleva nada raro: solo dos cosas que casi todos tenemos en casa.
Por qué todo el mundo habla de esta mezcla casera para limpiar el baño
Resulta que al combinar bicarbonato con vinagre blanco, ocurre esa efervescencia que ayuda a desprender la mugre pegada en el fondo del inodoro. No es magia: la reacción levanta el sarro y neutraliza el mal olor desde la raíz.
Quienes la usan dicen que huele limpio por más tiempo, incluso sin usar cloro. Y tiene sentido. De acuerdo con un artículo de la Universidad de Purdue, el bicarbonato absorbe los olores mientras el vinagre elimina bacterias y hongos que viven en lugares húmedos.

Cómo usar esta mezcla casera para que realmente funcione en tu baño
No hay mucha ciencia, pero sí un pequeño secreto: déjala actuar toda la noche. Mientras duermes, la mezcla trabaja sola y, al despertar, solo hay que jalar la palanca del inodoro. El agua se lleva lo que la espuma aflojó y el baño amanece como nuevo.
El Home Hygiene Journal señala que este tipo de limpieza nocturna puede reducir los microorganismos responsables del mal olor hasta en un 80 %. Nada mal para algo tan simple (y económico).
Paso a paso, sin complicarte:
- Mezcla media taza de bicarbonato con media taza de vinagre blanco.
- Vacíalo poco a poco en el inodoro.
- Espera que burbujee y cierra la tapa.
- Déjalo reposar mientras duermes.
- A la mañana siguiente, descarga el agua.
Si te gusta que huela rico, puedes agregar un poco de aceite esencial (limón, menta o lavanda son los favoritos).

Un truco barato, ecológico y sin drama para que el inodoro huela siempre bien
Este truco casero con vinagre, bicarbonato y aceites esenciales no sustituye una limpieza profunda, pero sí ayuda a mantener el baño fresco entre semana. Además, no daña las manos ni el medio ambiente. Y lo mejor: cuesta casi nada.
Por eso tantas personas lo recomiendan. Porque, sinceramente, se siente bien entrar al baño y notar que huele limpio, sin tener que frotar media hora ni gastar en productos fuertes.