En el Día de Muertos en México, cada familia arma su altar de muertos a su manera: unos lo hacen enorme y lleno de flores; otros, más sencillo, con apenas una foto y una veladora. Pero hay algo que todos saben, o deberían saber, pues no todo puede ponerse ahí.
El altar es una invitación a los que ya se fueron, un “ven, te sigo recordando” que se hace con respeto y con cariño.
Y aunque a veces la intención es buena, hay cosas que —según las creencias más antiguas— podrían traer consecuencias no tan agradables.
Qué no se debe poner en el altar de muertos, según la tradición
Dicen los abuelos que el altar de muertos está hecho de los cuatro elementos: agua, tierra, fuego y aire. Todo tiene su razón, nada se pone por poner.
El Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas explica que ese equilibrio representa cómo los vivos se comunican con los difuntos. Pero si empiezas a llenar el altar con cosas modernas como latas, envases de plástico o decoraciones metálicas, el sentido se pierde.

No es que “esté mal visto”, es que rompe la armonía. Las almas, según se cree, ya no pueden recibir las ofrendas con la misma energía.
Y ojo con otro detalle que muchos olvidan: nunca pongas fotos de personas vivas. La Secretaría de Cultura menciona que esta costumbre viene de una mezcla entre las creencias indígenas y la tradición católica.
Se dice que hacerlo puede confundir al espíritu que visita, y hasta “invitar” a quien aparece en la foto a cruzar antes de tiempo.
El sentido espiritual detrás de lo que no se ofrece en el altar de muertos
El antropólogo Julio César Olvera, experto en rituales mesoamericanos, explica que el altar no es un adorno: es un canal simbólico. En comunidades de Oaxaca y Michoacán se cree que si pones velas negras, espejos o figuras que el difunto no conocía, podrías abrir una puerta que no cierre bien.
El altar de muertos se hace con amor, y lo que lleva encima tiene una carga emocional muy fuerte. No es un espacio para “probar cosas nuevas”, sino para recordar con intención.

El verdadero propósito del altar de muertos: este es su significado
Al final, el altar es una forma de decir: “Aquí sigues presente.” Evitar lo prohibido no es superstición, es cuidado. Si el altar se hace desde el corazón, con los objetos correctos: su comida favorita, su bebida, su flor, su foto, entonces sí: esa noche las almas sabrán el camino de regreso.
Y cuando las velas se apaguen, no quedará miedo ni culpa… solo la sensación de que el amor, incluso en la muerte, sigue encendido.














