¿Por qué te cuesta dormir después de los 50? Esto dice la ciencia del sueño

Dormir bien puede volverse más difícil con el paso del tiempo, y muchas personas mayores de 50 años comienzan a notar que el sueño ya no es tan reparador como antes. Conoce cómo proceder si te cuesta tener un buen descanso.

Según el portal especializado en salud MedlinePlus, los cambios en los patrones de sueño relacionados con el envejecimiento son completamente normales, aunque también pueden derivar en problemas que afectan la calidad de vida.

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Con el envejecimiento, los ciclos de descanso cambian de forma natural. Las personas mayores suelen experimentar más dificultades para quedarse dormidas, se despiertan con mayor frecuencia durante la noche y tienden a levantarse más temprano por la mañana.

Aunque la duración total del sueño puede mantenerse estable (alrededor de 6.5 a 7 horas), la calidad del descanso se ve afectada. Esto se debe a una menor cantidad de sueño profundo y a una transición más abrupta entre el sueño y el despertar, lo que genera la sensación de un sueño más ligero.

Además, en promedio, las personas mayores se despiertan entre 3 y 4 veces por noche, siendo más conscientes de estos despertares.

Uno de los principales motivos de interrupción del sueño es la reducción del tiempo en sueño profundo. A esto se suman otras causas comunes:

• Necesidad de orinar durante la noche (nicturia)
• Ansiedad o estrés
• Dolores crónicos o malestares físicos

Estos factores no solo afectan el descanso nocturno, sino que también pueden repercutir en el estado de ánimo y en el rendimiento durante el día.

La dificultad para dormir de forma continua o reparadora puede derivar en una serie de problemas. MedlinePlus advierte que el insomnio crónico es una causa frecuente de accidentes de tránsito, deterioro cognitivo e incluso depresión.

La privación del sueño puede provocar confusión, irritabilidad y una sensación constante de fatiga. Aunque el tiempo total en la cama no cambie, sentirse privado de sueño es una queja común entre las personas mayores.

Entre los trastornos del sueño más frecuentes después de los 50 años se encuentran:

• Insomnio crónico
• Síndrome de las piernas inquietas
• Narcolepsia o hipersomnia
• Apnea del sueño, una condición en la que la respiración se detiene repetidamente durante el descanso y puede traer consecuencias graves si no se trata.

El tratamiento de los problemas del sueño debe abordarse con cuidado, especialmente en adultos mayores, quienes pueden reaccionar de forma diferente a los medicamentos. Entre las recomendaciones más destacadas se encuentran:

• Evitar el uso prolongado de medicamentos para dormir, ya que pueden generar dependencia o efectos adversos como confusión, caídas o delirio.
• Consultar siempre al médico antes de automedicarse, incluso con antihistamínicos o suplementos como la melatonina.
• Considerar la terapia cognitivo-conductual, una alternativa sin efectos secundarios que ha demostrado ser eficaz contra el insomnio.

Además de los tratamientos médicos, adoptar rutinas saludables puede marcar la diferencia. Algunas sugerencias incluyen:

• Consumir un refrigerio ligero antes de dormir, como leche tibia
• Evitar cafeína, alcohol, tabaco y siestas durante el día
• Hacer ejercicio regularmente, pero no cerca de la hora de acostarse
• Mantener horarios constantes para dormir y despertar
• No usar pantallas (televisión, celular o computadora) en la cama
• Utilizar la cama solo para dormir o para la actividad sexual
• Practicar técnicas de relajación antes de dormir
• Leer o escuchar música tranquila si no se puede conciliar el sueño