Es fácil confundir los términos protector solar y bloqueador solar, ya que en el uso coloquial muchas personas los consideran sinónimos. Sin embargo, no son lo mismo: sus funciones y composiciones son completamente diferentes.
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¿Cuál es la diferencia entre un bloqueador y un protector solar?
En la página “Oncosalud”, se explica que la utilización de estos productos tiene un fin común: proteger la piel de los daños causados por la radiación ultravioleta (UV), pero hay diferencias técnicas.
El bloqueador solar, que suele ser más espeso y de color blanco, actúa formando una barrera física sobre la piel gracias a ingredientes como el óxido de zinc o de titanio.
Por otro lado, el protector suele ser transparente y se absorbe en la piel, funcionando mediante filtros químicos que absorben la radiación UV. Además, los bloqueadores suelen proteger tanto de los rayos UVA como UVB, mientras que no todos los protectores solares ofrecen protección contra ambos tipos de radiación.
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¿Cuál es mejor para el rostro?
El protector es ideal para piel sensible, delicada o para niños, ya que no suele provocar reacciones alérgicas y ofrece protección inmediata. Sin embargo, suele ser más espeso y puede dejar rastros de su colocación.
Tiene una textura más ligera, transparente y se absorbe rápido, lo que lo hace más cómodo para el uso diario y para aplicar bajo maquillaje. Puede ser considerado mejor para el rostro, no obstante, depende de las necesidades de quien lo precise. Así es cómo se debe aplicar:
- Aplique una cantidad suficiente de protector o bloqueador solar en todo el rostro y las zonas expuestas al sol, al menos 30 minutos antes de la exposición.
- Replique cada 2 horas, o con mayor frecuencia si sudas, nadas o te secas con toalla, para mantener la protección efectiva.
- No olvides proteger zonas sensibles como nariz, párpados, labios, escote y orejas.
- Complementa con accesorios como sombreros, gafas de sol y ropa adecuada para minimizar la exposición directa.
