El Día de Muertos es una de las festividades más representativas dentro de la cultura mexicana, y aunque su origen se remonta a la época prehispánica, con el paso del tiempo irónicamente ha permanecido viva entre las personas. Además de las coloridas ofrendas que se ponen para recordar a los difuntos, otro elemento imprescindible en esta costumbre es el pan de muerto, que no solo es delicioso, sino que tiene un importante significado detrás.
La versión más escalofriante de esta receta, menciona que en los rituales hechos en la época previa a la conquista europea, las doncellas eran ofrecidas a los dioses en una especie de sacrificio. Dicho procedimiento consistiría en que el corazón de la mujer aún latiendo, se introdujera a una olla con semillas de amaranto, con el fin de que el líder del rito consumiera el resultado como una muestra de compromiso y agradecimiento.

Asimismo, de acuerdo con información del Instituto de los Pueblos Indígenas, este bizcocho formaría parte de las ofrendas desde hace cientos de años, cuando en las civilizaciones antiguas se dejaban panes para rendir honor a los que ya no están. Esta práctica sigue vigente en la actualidad y la versión más conocida del pan de muerto es con su forma circular y tiras de masa que representan a los huesos, aunque en todo el país existen distintas versiones.
¿Qué otros mitos hay detrás del significado del pan de muerto?
En cuanto a qué otras creencias existen en torno a este platillo, según un artículo de Ciencia UNAM, respaldado por la Maestra en Antropología del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, existen otras dos versiones históricamente conocidas sobre el pan de muerto y su significado. La primera data del México antigua, en donde se solía preparar una masa a base de amaranto, maíz seco y tostado llamado “papalotaxcalli”, que representaba a los dioses.
Y el segundo relato, cuenta que para los frailes, el pan de muerto era una preparación sin cal con miel de maguey y amaranto, ingredientes que se fusionaban para formar la imagen de un dios. En ambas visiones, el producto resultante de la preparación se utilizaba como ofrenda, muy similar a lo que se sigue acostumbrando en los altares de muertos que se ponen desde el 27 de octubre, dependiendo de la edad del difunto y las circunstancias de su deceso.
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El insólito error que le hizo “mala fama” al pan de muerto
Pese a que se trata de una tradición con mucho valor emocional y espiritual, para muchos extranjeros esta práctica es un tanto “extrema”, en especial porque el nombre podría ser impresionante para primerizos. Y prueba de ello, es que en el pasado, una internauta difundió videos expresando su inquietud por la posibilidad de que el pan de muerto y su significado realmente estuvieran ligados con los restos humanos.
En ese momento, lejos de que se tomara como una ofensa, para muchos resultó divertido que alguien pensara que esta repostería se preparara con cenizas verdaderas. Por lo que en redes sociales hubo quienes se dieron a la tarea de explicar que se trata simplemente de una costumbre inocente y muy deliciosa.