No hables de tus planes ni involucres a personas poco confiables; piensa bien cada una de tus decisiones. Tus esfuerzos por recuperar la armonía familiar han dado resultado, la familia es lo más importante. Dios en mí es el Guardián de mi Casa del Tesoro, yo sé que Dios produce para mi uso visible y en gran abundancia, dinero tan rápido como yo requiero utilizarlo y que este nunca se atrasa, todas mis obligaciones aparentes son cubiertas a tiempo. Repite este decreto día y noche.
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