Una madre de familia, la señora Guadalupe, vive un auténtico calvario tras el fallecimiento de una de sus hijas menores de edad y las graves heridas de otra, luego de un viaje no autorizado que terminó en un fatal siniestro vial. La mujer había dado permiso a sus dos hijas, de 14 y 15 años, para ir a comer empanadas con unos amigos en las inmediaciones de la colonia Pumarrosa, al oeste de Tuxtla Gutiérrez. Sin embargo, las adolescentes fueron trasladadas sin su conocimiento hasta la costa.

Guadalupe enfrenta un calvario tras la muerte de una de sus hijas en un accidente vial

A la mañana siguiente, Guadalupe fue notificada de que sus hijas habían sufrido un accidente de tránsito. La menor de 14 años perdió la vida, mientras que su hermana, de 15, resultó con lesiones de consideración. Las jóvenes estuvieron ilocalizables por más de 12 horas, hasta que el percance fue reportado a la madre, marcando el inicio de una serie de supuestas anomalías en el proceso judicial.

Inicialmente, en la Fiscalía Izmocosta, la madre alega haber sido objeto de engaño durante el proceso para reclamar el cuerpo de su hija. Según su testimonio, se le exigió firmar un documento sin permitirle leerlo, bajo la advertencia de que, de no hacerlo, el cuerpo no le sería entregado. Posteriormente, se reveló que dicho documento incluía una cláusula donde la señora supuestamente otorgaba el perdón al responsable y renunciaba a cualquier derecho de compensación por el daño.

Hombre que conducía fue puesto en libertad inmediatamente

Aprovechando este argumento, el adulto que conducía la unidad involucrada fue puesto en libertad de manera expedita. La madre denuncia que la carpeta de investigación omite incluir cargos relacionados con la conducción bajo efectos del alcohol o los daños ocasionados a infraestructura oficial y equipos de seguridad ubicados en un puesto de revisión militar en una carretera cercana al municipio de Tonalá. La liberación ocurrió en tan solo dos o tres días tras los sucesos, sin contar la jornada del accidente.

Un examen y dicho de la menor revelan indicios de abuso sexual

Las irregularidades se extienden al caso de la hija sobreviviente, quien permaneció hospitalizada durante varios días y estuvo a punto de perder una oreja debido a la gravedad de sus lesiones. Tras reaccionar, la joven declaró haber sido víctima de abuso. Esta declaración se suma a los hallazgos de la autopsia realizada a la menor fallecida, la cual, según lo señalado por la madre, mostró la presencia de alcohol en el organismo. Pese a estos indicios de abuso sexual, corrupción de menores, y la evidente implicación de alcohol en el caso, el representante social decidió abstenerse de realizar indagatorias más profundas, limitando el alcance de la justicia.

Aunque la carpeta de investigación fue reabierta ante la Fiscalía Estatal, la madre ahora demanda que se inicie una investigación contra los funcionarios públicos que participaron en el manejo original del caso. Mientras esta batalla por la verdad y la justicia continúa, Guadalupe, quien es madre soltera, enfrenta una situación económica y habitacional precaria. Se encuentra sin empleo, sin un hogar estable para ella y sus cuatro hijos restantes, y debe afrontar todos los gastos derivados de la atención médica y el cuidado emocional de sus hijos. La angustia de ver a sus niños, especialmente a la hermana herida y su grave lesión en la oreja, agrava su dolor.