La violencia que asola Haití ha fijado su objetivo en el grupo más vulnerable: la niñez. Día tras día, las cifras de niños y niñas desplazados superan los 680 mil, un reflejo de una nación que colapsa ante la anarquía de las pandillas.

El tejido social se desmorona. Las escuelas, que deberían ser un refugio seguro, están cerradas; más de mil 600 centros educativos han sido afectados en un solo año. Los hospitales están desbordados, bajo ataque constante o simplemente no operativos, dejando a los niños sin la atención médica básica que requieren. Actualmente, uno de cada cuatro niños no asiste a la escuela.

Desnutrición y reclutamiento forzado en Haití

A la inseguridad se suma la crisis humanitaria por la falta de alimentos. Se estima que, durante este 2025, 288 mil 500 niños menores de cinco años son víctimas de desnutrición aguda.

Pero el panorama se torna aún más sombrío con el aumento dramático del reclutamiento de menores por parte de los grupos criminales. Las cifras son aterradoras: el reclutamiento ha aumentado un 70% en solo un año. Hoy en día, hasta la mitad de los miembros de las bandas armadas en Haití son niños, algunos de tan solo 10 años.

La crueldad de las pandillas en Haití

Más de un millón de niños y niñas viven en territorios controlados por las pandillas. Cuando el jefe de una organización criminal exige algo, la opción de decir “no” no existe.

  • Los varones son convertidos en “halcones” y en blanco de las armas enemigas.
  • Las niñas son víctimas constantes de violencia sexual. Amnistía Internacional denuncia que con frecuencia los delincuentes realizan agresiones sexuales colectivas, forzando a algunas de ellas a afrontar embarazos desde edades muy tempranas.

Haití, catalogado por el Fondo Internacional del Desarrollo Agrícola como el país más pobre de América Latina y el Caribe (con cerca del 60% de su población viviendo bajo el umbral de la pobreza), enfrenta un doble problema: la inseguridad crece y la esperanza para la niñez desaparece. Los menores, especialmente aquellos con discapacidad, enfrentan inestabilidad en sus hogares y la carencia absoluta de atención médica.