Amealco de Bonfil, Querétaro, reconocido como el corazón indígena otomí, fue escenario a inicios de agosto de un discurso presidencial que prometía esperanza. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció el presupuesto directo a comunidades indígenas y afromexicanas, estimado en 13 mil millones de pesos para este 2025. Sin embargo, en Amealco, las promesas parecen quedarse en palabras.
“Fue solo un evento, al final de cuentas fue solo la foto, no se ha visto nada de lo que prometió. Dijo que habría apoyo para mujeres, educación y salud, pero no hemos visto nada”, afirmó María Guadalupe Santiago, directora de un comedor comunitario hñähñu.
“Año de la Mujer Indígena”, una frase sin acciones concretas
Aunque 2025 fue nombrado como el “Año de la Mujer Indígena”, en comunidades como Amealco el lema no se refleja en cambios reales. Luisa Julián, mujer hñähñu, lamenta que las promesas de vivienda y recursos nunca lleguen: “Nomás nos dicen que va a llegar vivienda o recurso, pero a veces no nos toca nada.”
Los eventos oficiales, señalan, solo convocan a quienes están dispuestos a aplaudir. Las voces críticas rara vez son escuchadas.
Desconfianza en los apoyos oficiales del Gobierno Federal
La comunidad hñähñu ha identificado dinámicas que alimentan la desconfianza. Según Carmina Pérez, los programas se comunican a grupos selectos, lo que excluye a gran parte de la población. Lorenza Julián agrega que algunos organizadores piden “cooperaciones” sin entregar beneficios reales.
“Mejor salir solita adelante, poco a poquito ahorrar para hacer su casa, porque esperar del gobierno nunca nos va a dar nada.” Este sentimiento es compartido por otras mujeres indígenas, quienes consideran que los discursos sobre derechos y apoyo a comunidades no se reflejan en obras ni proyectos tangibles.
Realidad frente a discurso político de Sheinbaum
Aunque Sheinbaum aseguró que el presupuesto directo a comunidades llegó “para quedarse”, las mujeres hñähñu de Amealco exigen resultados palpables. La comunidad otomí, una de las más representativas del país, sigue a la espera de políticas públicas que atiendan las carencias en educación, salud y vivienda.
“No basta presumir una blusa o un bastón. Que se voltee a ver la necesidad que se vive en las comunidades”, insiste María Guadalupe.