¿Qué significa que una persona duerma con la puerta de su cuarto cerrada, según la psicología?

Dormir con la puerta del cuarto cerrada, según la psicología, refleja varios aspectos emocionales vinculados con la necesidad de seguridad, privacidad y control del entorno. Sin embargo, también puede representar otros sentimientos ocultos.

Cada persona tiene una manera única de sentirse protegida, ya que la seguridad psicológica depende de factores individuales. Para algunas personas, una puerta cerrada puede no tener un significado especial, mientras que para otras representa una fuente importante de protección y bienestar. ¿Qué explica la psicología sobre estas diferencias?

Según información de la página Men´s Health, este comportamiento puede aportar calma emocional y una sensación de protección, aunque no necesariamente indica un problema psicológico.

Paloma Rey, psicóloga y colaboradora del portal de salud Doctoralia, indica que puede ser simplemente una preferencia, siempre y cuando, no interfiera en la vida cotidiana y su normal desarrollo. “Si la persona experimenta una ansiedad intensa o si este comportamiento interfiere con su vida diaria, podría ser necesaria la intervención psicológica para comprender mejor la causa y, si es necesario, aprender a gestionar esa necesidad de orden o control”, indica.

Por su parte, la doctora Beatriz González, directora de Somos Psicología y Formación, menciona que, para otras personas, la puerta cerrada de la habitación representa la posibilidad de tener todo bajo control. “Para poder ver por qué a la persona le aporta seguridad, tendríamos que analizar con ella por qué ese comportamiento no le permite descansar, es decir, qué pensamiento tiene asociado a esa situación”.

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Ambas profesionales sostienen que puede ser una simple decisión, pero también puede esconder otros sentimientos, como por ejemplo:

• Perfeccionismo: Las personas perfeccionistas suelen mantener estándares elevados en cuanto al orden y la organización. Cuando perciben algo “fuera de lugar”, pueden experimentar incomodidad o ansiedad, ya que lo interpretan como una imperfección o algo incompleto.
• Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC): Si la necesidad de cerrar puertas se vuelve una compulsión y afecta significativamente su calidad de vida, podría tratarse de un síntoma de TOC. Esto aplica cuando el comportamiento es persistente, extremo y causa un malestar considerable.
• Sensibilidad sensorial: Algunas personas tienen una mayor sensibilidad a su entorno o preferencias estéticas específicas. Para ellas, una puerta abierta puede alterar su sentido de armonía visual o provocarles una incomodidad física, aunque esta reacción no necesariamente constituye un trastorno.