Se daba baños de pureza, criticaba a sus predecesores, y hablaba de un término que nadie entendía qué significaba:

"(...) Y así también se fundó una Ciencia Neoliberal, aunque no les guste... y en este caso nos referimos al quehacer científico subsumido a los intereses impulsado desde el poder...”, dijo María Elena Álvarez Buylla, exdirectora de ConacytEs la exdirectora del extinto Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), María Elena Álvarez-Buylla, la que le puso una ‘H’ al nombre de aquel extinto instituto, porque presumía que hacían ciencia “Humanista”.

Pero para los números, la señora Buylla salió muy mala.

La ASF muestra el verdadero rostro de la corrupción en Conacyt

La Auditoría Superior de la Federación (ASF) la denunció ante la Fiscalía General de la República (FGR) por un daño millonario al erario público. Con solo revisar la Cuenta Pública de 2021 empiezan los indicios. Aquel año les hicieron 8 auditorías y ya se mencionan al menos 110 millones de pesos por aclarar.

Dos años antes, en 2019, la situación fue peor. En la matriz de datos básicos se mencionan más de 371 millones de pesos por aclarar.

La Auditoría Superior de la Federación encontró que el Conacyt realizó pagos a becarios por conceptos no contemplados en la normativa. Pagos a ayudantes que estaban dados de alta al mismo tiempo en el Sistema Nacional de Investigadores y en un programa de becas de posgrado.

Además, se entregaron recursos a 137 investigadores que no contaban con un convenio con el Conacyt. Hasta la entrega de recursos no comprobados a una empresa por el servicio del comedor de la institución.

Tan solo ese año, 2019, se les hicieron 15 recomendaciones, aplicaron 5 sanciones y 12 observaciones.

Denuncia formal ante la FGR

Hasta el momento la denuncia ante la Fiscalía General de la República (fgr)es por 57 millones de pesos correspondientes a observaciones de las Cuentas Públicas 2020 y 2021 y relacionados con la extinción de fideicomisos de Ciencia y Tecnología.

Se espera que vengan más denuncias que develarán el verdadero rostro de corrupción y malos manejos de María Elena Álvarez-Buylla.