Se le conoce como el auténtico impuesto criminal y es un cáncer que se extiende por el campo. Cárteles mexicanos han tomado control de la comercialización de frutas, cítricos, granos y ganado, imponiendo una extorsión que no solo asfixia a los productores, sino que encarece los alimentos que llegan a tu mesa entre un 10% y un 20%.
Pocos se atreven a denunciar por miedo, pero Manuel, un ganadero que comercializa en varios estados del norte, ha decidido hablar tras ser amenazado por un grupo criminal en Durango.
“Si no le ponemos un alto a esto, ese cáncer va a seguir creciendo. Los señores van a seguir avanzando... Ahorita es el ganado en Durango y en Zacatecas, ya es con todo, hasta con la arena para fabricar una casa”, sentencia.

El mecanismo de extorsión en el campo mexicano: Así roban $7,000 por cada becerro
En Durango, la extorsión al ganado no es un simple “cobro de piso”, es un monopolio forzado. Manuel explica que el cártel obliga a los productores a venderles solo a ellos.
El mecanismo es un robo disfrazado de comercio:
- Un becerro de 200 kg tiene un valor de mercado de 19,000 pesos ($95/kg).
- El grupo criminal obliga al productor a vendérselo a ellos en solo 12,000 pesos.
- La diferencia, esos 7,000 pesos por animal, es la extorsión.
“Cuando nada más ellos pueden comprar, pues entonces la diferencia de precio es enorme con lo que castigan al productor”, explica Manuel. El impacto es devastador: en un solo tráiler (jaula) de becerros, la extorsión asciende a 700,000 pesos, casi el 30% del valor real.
🚨 ¡Terror en el campo mexicano! Ganaderos y productores denuncian que grupos criminales les cobran hasta 30% de “impuesto” por cada cosecha o cabeza de ganado.
— Fuerza Informativa Azteca (@AztecaNoticias) November 4, 2025
Quien no paga, es amenazado, secuestrado o expulsado... y las autoridades no responden.
La información en… pic.twitter.com/ftIKd4E2a0
Productor de Zacatecas revela cómo funciona la extorsión ganadera en México
Este modelo se repite en todo el país. Un productor de Zacatecas, que tuvo que huir hace dos años y prefiere el anonimato, lo confirma: “Es de ley, te lo exigen. Y si no lo pagas, pues hay consecuencias. No te dejan trabajar, no te dejan vender y pues pasa a mayores”.
En el Bajío, la extorsión se aplica a los granos (maíz, sorgo, trigo). Un líder de agricultores explica que allí, los acopiadores (compradores) descuentan un 10% de “impuesto criminal” directamente del pago al productor.
“En la negociación del precio te dicen: ‘No más que te voy a descontar lo que me piden los muchachos’. Y los muchachos son células delincuenciales que tienen amenazados a los acopiadores”, detalla.
Este “impuesto de sangre” tiene un destino final: el bolsillo del consumidor. El organismo que agrupa a los productores del campo estima que toda esta cadena de extorsiones encarece los productos finales hasta en un 20%.












