El panorama en la Puerta 36, uno de los puntos más transitados por migrantes en la frontera entre Ciudad Juárez, Chihuahua y El Paso, Texas, cambió radicalmente. Hace apenas unos meses, miles de personas esperaban cada día para entregarse a la Patrulla Fronteriza. Hoy, el lugar está completamente vacío.
Durante un recorrido por la zona, se observa un paisaje distinto al de 2023, cuando cientos de familias dormían junto a la valla fronteriza esperando cruzar. Ahora, las filas desaparecieron. No hay mochilas, cobijas ni carpas improvisadas. Solo el silencio de una frontera que fue sellada.
“Capturar y liberar ya no existe”: Patrulla Fronteriza
De acuerdo con Walter Slosar, jefe de la Patrulla Fronteriza en el Sector El Paso, las operaciones cambiaron por completo desde principios de 2024.
“Esto ha cambiado. Eso de capturar y liberar ya no existe. Estamos deportando a todas las personas que entren ilegalmente”, afirmó el funcionario. Slosar explicó que el objetivo de la nueva política es disuadir los cruces irregulares y endurecer las consecuencias legales para quienes lo intenten. En los últimos meses, aseguró, ninguna persona detenida ha sido liberada en territorio estadounidense.
Una frontera bajo estricta vigilancia militar
Durante el recorrido realizado por medios, se constató que la Guardia Nacional de Texas y personal del Departamento de Defensa de Estados Unidos patrullan de forma constante los cerros y caminos cercanos al muro. Vehículos militares, torres de observación y cercas reforzadas marcan ahora el límite entre Chihuahua, Texas y Nuevo México.
“Queremos mandar un mensaje claro: este no es un lugar por donde se debe entrar. Hay más infraestructura y más vigilancia”, sostuvo Slosar. Las medidas buscan no solo frenar el paso irregular, sino reducir la percepción de que entregarse a las autoridades garantiza la liberación inmediata, una práctica que durante años motivó a miles de migrantes a arriesgarse.
Deportaciones y consecuencias legales en la frontera
El jefe fronterizo también informó que desde febrero todos los migrantes detenidos enfrentan cargos criminales por ingreso ilegal.
“Es un crimen entrar sin documentos. Los estamos regresando a sus países y esto afecta sus futuras posibilidades de entrar legalmente”, advirtió. La estrategia forma parte de una política de “cero tolerancia” impulsada desde la administración de Donald Trump y reforzada en los últimos meses, lo que ha transformado por completo el flujo migratorio en la región.