La llegada de Lilly Téllez al Senado, no fue tan sorprendente como la de Silvia Pinal en 1998, pero igualmente dio dé qué hablar, sobre todo tras su salida de Morena, su rechazo al aborto y el ingreso a la bancada panista.
Pero si por algo ha destacado como senadora, es por su temperamento y esa manera tan peculiar de señalar los errores del partido que la vio nacer… y obviamente, su entereza a cuanto embate, injuria o verdad incómoda se le ponga de frente.
Una actuación que le ha valido el apoyo del ex presidente Fox, hacia la senadora, en aras de ser presidenta de México.
Aspirantes a candidatos presidenciales
Pero con Lilly Téllez ocurre algo similar al oscurantismo de la edad media, esa época de la historia caracterizada por la ausencia de conocimiento, ciencia y cualquier explicación que desafiara a la iglesia latina.
De modo que poseer en ese entonces un libro, era como viajar al Siglo XXlll, bueno, hasta un libro de Paulo Coelho hubiera figurado resolver el misterio de la Santísima Trinidad.
Y eso es lo que pasa con Lilly Téllez, que en medio de una oposición desdibujada y amorfa como la que tenemos actualmente con el PAN, PRI y PRD, Lilly es una opción viable, porque es la única que hay.
Monreal parece más candidato de oposición
Esta es la realidad que atraviesa nuestro país: carente de contrapesos, carente de compromiso ideológico al interior de los partidos, embaucando a los mexicanos en una simulación, idéntica a la actuación de Lilly Téllez en el Senado, un discurso condenatorio e incendiario, pero esteril, porque no produce cambios.
Ahora bien, reconozco ampliamente la trayectoria periodista de la Senadora Téllez, y también reconozco el papel activo que ha mantenido en la cámara alta, pero para llevar las riendas de un país se necesita más que eso.
