La corrupción sigue siendo una herida abierta en México. De acuerdo con el “corruptómetro”, herramienta creada por la asociación civil Tojil A.C., entre octubre de 2022 y mediados de 2025 se han detectado hechos de corrupción que representan un boquete financiero superior a 960 mil millones de pesos.
La cifra, revelada por Estefanía Medina, cofundadora de Tojil, refleja únicamente los casos que se han hecho públicos a través de medios de comunicación y fuentes abiertas. El problema se vuelve aún más grave al considerar que la mayoría de estos asuntos no concluye con sanciones ni sentencias firmes.
Impunidad: el muro que protege la corrupción en México
Según Tojil, apenas 30% de los casos identificados derivan en una investigación penal. De ese universo, solo entre 1% y 2% termina en sentencia, mientras que alrededor de 4% o 5% alcanza siquiera la etapa de un proceso judicial.
El doctor en Ciencia Política de la UNAM, Francisco Javier Jiménez Ruiz, explica que el sistema mexicano se diseñó más para proteger instituciones y estructuras de poder que para castigar a quienes cometen delitos de corrupción. Esta dinámica, asegura, genera un círculo de impunidad casi impenetrable.
Morena, al frente de los señalamientos de corrupción
Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador prometió desde el inicio de su sexenio un combate frontal contra la corrupción —incluso ondeando un “pañuelo blanco” como símbolo de que ya no existía en las altas esferas—, los datos actuales contradicen ese discurso.
El corruptómetro revela que 55% de los casos registrados involucran a funcionarios, exfuncionarios, legisladores o militantes ligados a Morena, y que en 64% de los asuntos aparecen servidores públicos federales.
México, rezagado contra la corrupción en América Latina
La investigadora Anaid García Tobón, de Fundar A.C., recuerda que en 2023 el Índice de Capacidad para Combatir la Corrupción colocó a México en el lugar 12 de 15 países evaluados en América Latina. La posición refleja instituciones débiles, sin capacidad para sancionar y con altos niveles de complicidad.
Para especialistas y asociaciones civiles, la corrupción y la impunidad son deudas históricas que no se resolvieron en gobiernos anteriores y que tampoco han cambiado en el actual.