La justicia en México se aplica a conveniencia de quien ostenta el poder, el poder real. Las fiscalías, los ministerios públicos, se peden llevar meses, años o una vida en darles responsabilidades a personajes tan protegidos como el senador Adán Augusto López Hernández, que cuanta con una gran impunidad.
La impunidad tiene nombre y apellido: Adán Augusto López
“Me parece que es un reto para la impunidad y un desafío para la justicia, sobre todo porque su nombre ha estado relacionado en distintos casos que pudieran tener serias implicaciones criminales”, dijo Manuel Balcázar, especializa en seguridad.
Aunque los señalamientos contra el actual líder de Morena en el Senado no son nuevos, las denuncias formales que se han presentado en las últimas semanas no han tenido ninguna respuesta.
La Fiscalía General de la república recibió 37 denuncias penales contra el mejor amigo de López Obrador.
También el Senado de la República tiene en su poder dos peticiones oficiales para que se investigue Adán Augusto López por falsedad en su declaración patrimonial y hay una solicitud de juicio político en la Cámara de Diputados.
El senador intocable
De la Fiscalía de Tabasco ni hablamos, ahí de plano ya dijeron que contra su antiguo gobernador no hay nada.
“Creo que tiene que ver también con el predominio de un enfoque de protección política sobre el enfoque de certeza jurídica y Estado de derecho principalmente porque pertenece a un grupo o camarilla de poder que los habría ayudado a escalar estas posiciones en las que él se desempeñó", mencionó Manuel Balcázar, especializa en seguridad.
Los especialistas sostienen que pese al fuero del senador intocable, las respectivas autoridades ya deberían de haber tipificado los delitos que se le atribuyen y cuando menos solicitarle un testimonio presencial o por escrito.
“Pero hasta ahora parece que hay un manto de protección política que está limitando los alcances de la Fiscalía General de la República y de la fiscalía del estado de Tabasco”, dijo Manuel Balcázar, especializa en seguridad.
Ese manto, al que se refiere Balcazar, se extiende desde palenque y ensombrece también a Palacio Nacional.












