La actriz Rossana Nájera puede contar muchísimos éxitos en su carrera, como haber triunfado en la edición 2024 de MasterChef Celebrity México. Sin embargo, a veces las figuras como ella rompen el silencio sobre las peores batallas que han enfrentado y, en su caso, esa batalla ha sido la decisión de no tener hijos.
En el podcast de Isabel Lascuráin, la intérprete platicó abiertamente sobre cómo llegó a tomar esa decisión y lo mucho que le ha costado asumirla.
Rossana Najera y el tormento que vivió cuando se enteró que no podía ser mamá
Por qué Rossana Nájera decidió no tener hijos
A sus 45 años, Rossana Nájera ha decidido que ya no intentará ser mamá, luego de haber sufrido tres pérdidas. Tras la última de ellas, la actriz atravesó una fuerte depresión. No se trataba de una depresión evidente, de esas que paralizan la vida diaria, sino una más silenciosa: podía continuar con su rutina sin darse cuenta de lo que realmente estaba enfrentando.
Como le platicó a Isabel Lascuráin, fue en ese periodo cuando decidió iniciar un canal de viajes, buscando una manera de enfocar su energía en algo distinto.
En total, sufrió tres pérdidas de embarazo. “En la tercera ya no estaba yo tan chiquita. Me hicieron estudios porque fueron muy parecidas”, relató.
Los especialistas le detectaron dos condiciones: trombofilia y la presencia de células conocidas como ‘natural-killer’, que atacaban al embrión e impedían su desarrollo. A pesar de sus esfuerzos, los embarazos no lograron superar las nueve semanas de gestación. El primero de ellos fue con el exfutbolista Cuauhtémoc Blanco.
A sus 41 años, recibió varias opciones médicas para intentarlo de nuevo, pero ninguna la convencía. “En todas era yo un ratón de laboratorio”, recordó. El temor a vivir un embarazo con la angustia constante de perderlo la llevó a reflexionar junto a su pareja. “Llegamos a la conclusión de que no se iba a seguir buscando porque no queríamos tener que entrar a algo que era como forzarlo”.
Siendo muy creyente, decidió entrar en un camino de aceptación. Recurrió a terapia psicológica y también a terapias alternativas que le ayudaron a sobrellevar el duelo. En su muñeca lleva un tatuaje con tres estrellas y una luna, símbolo de los hijos que perdió y de ella misma.
Aunque nunca consideró la adopción, pues lo que más ilusión le daba era vivir un embarazo y crear vida, asegura que reconoce este acto como una de las más grandes muestras de amor.