Una masiva marcha ciudadana, encabezada por la Generación Z, que avanzaba de forma ordenada y pacífica hacia el Centro Histórico de la Ciudad de México se vio ensombrecida por la acción de un grupo de provocadores e infiltrados.

Según los organizadores, el objetivo de estos grupos era doble:

Generar acciones violentas para acusar a los manifestantes pacíficos de violentos.

Crear un pretexto para que las fuerzas de seguridad justificaran una respuesta violenta.

Los encapuchados, identificados como ajenos a las familias, jóvenes y ancianos que participaban en la marcha, escalaron las vallas de tres metros que resguardaban Palacio Nacional. A pesar de ser repelidos inicialmente con extintores, lograron derribar planchas de metal.

Violencia en la marcha de la Generación Z

Una vez derribadas las vallas, comenzó un violento enfrentamiento que se extendió por más de tres horas entre policías y los grupos de encapuchados.

Gases lacrimógenos, petardos y golpes fueron lanzados a través de las vallas, con los uniformados respondiendo en ocasiones hasta con piedras.

Los legítimos manifestantes, que a diferencia de otras marchas fueron desalojados con escudos, palos y otros objetos contundentes, tuvieron que dispersarse en medio de la violencia. Entre estos también había personas de la tercera edad y niños, que lamentablemente resultaron lastimados con el accionar de las autoridades.

La situación que más preocupa y pone en cuestionamiento el actuar de los policías es que las personas que fueron agredidas, empujadas y golpeadas, son personas que estaban marchando y manifestándose de manera pacífica, sin dañar ni violentar a nadie.

Víctimas de la agresión

El momento de mayor tensión dejó a varios periodistas lesionados que cubrían el enfrentamiento.

Entre los afectados se encontraron Ricardo Pérez y Antonio Huitzil de Fuerza Informativa Azteca, quienes sufrieron heridas provocadas directamente por petardos y piedras arrojados por la propia policía durante los intensos choques realizados a varios de los marchistas.

La violencia se concentró en estos pequeños grupos, demostrando que los actos vandálicos fueron ajenos al reclamo principal de la movilización.

La pregunta central que queda en el ambiente es: ¿Quién quería desacreditar la marcha ciudadana y con qué objetivo político?

Entrevista con Edson, joven de la generación Z que denuncia represión de granaderos en marcha del 15 de noviembre