Lo que comenzó como una movilización pacífica convocada por colectivos de la Generación Z derivó en una tarde de tensión y confrontación en la plancha del Zócalo de la Ciudad de México.

Al arribo de los contingentes, grupos de policías se posicionaron alrededor de la plaza y, de acuerdo con lo observado en el lugar, intentaron frenar el avance de los manifestantes. En ese primer contacto también hubo agresiones contra integrantes de medios de comunicación que cubrían la protesta, entre ellos personal de ADN Noticias y Fuerza Informativa Azteca.

Encapuchados rompen las vallas y detonan el conflicto en el Zócalo

La situación escaló cuando un grupo de sujetos encapuchados comenzó a trepar las vallas metálicas de tres metros colocadas para resguardar Palacio Nacional. Los elementos de seguridad intentaron repelerlos utilizando extintores; sin embargo, los individuos lograron derribar varias planchas de metal.

A partir de ese momento, la violencia se detonó entre policías y encapuchados. En el intercambio se utilizaron gases lacrimógenos, golpes y petardos lanzados desde ambos lados de la barrera. Testigos registraron incluso que algunos uniformados respondieron aventando piedras hacia la zona donde se encontraban los agresores.

Periodistas heridos en medio del caos

Durante los momentos de mayor tensión, periodistas y camarógrafos continuaban documentando lo ocurrido. La falta de control derivó en agresiones directas contra la prensa.

Entre los lesionados se encontraron Ricardo Pérez y Antonio Huitzil, de Fuerza Informativa Azteca, quienes fueron alcanzados por proyectiles y petardos en medio de la confrontación.

Las agresiones se extendieron por más de tres horas, poniendo en riesgo a reporteros, manifestantes y ciudadanos ajenos a los hechos violentos.

La marcha pacífica avanza mientras el Zócalo se convierte en zona de enfrentamiento

Mientras en la plancha del Zócalo persistía el caos, miles de ciudadanos avanzaban de forma ordenada por distintas calles del Centro Histórico, expresando demandas de justicia y manifestando su descontento con la situación política actual.

Familias, adultos mayores, jóvenes y menores marchaban sin incidentes, distantes de los grupos que provocaron la confrontación inicial.

Minutos después de las cuatro de la tarde, la policía emprendió el repliegue final no solo contra los encapuchados, sino también contra los contingentes pacíficos que buscaban ingresar a la plancha. Con escudos y toletes, los uniformados tomaron el control total de la Plaza de la Constitución.