La comunidad de Mecapalapa, en la Sierra Norte de Puebla, enfrenta una severa crisis en su hospital comunitario del IMSS-Bienestar. Con más de 3 mil habitantes y ubicado a 5 horas de la CDMX, los pobladores denuncian falta de médicos, medicamentos y ambulancias inservibles.
A pesar de ser un servicio gratuito para personas sin seguridad social, el desabasto y la falta de equipo han convertido la atención médica en un gasto que las familias deben asumir.
La crisis de salud en Mecapalapa, Puebla, ¿qué está pasando?
La comunidad de Mecapalapa, ubicada en la Sierra Norte de Puebla, cuenta con un hospital comunitario del sistema IMSS-Bienestar, creado para atender a personas sin seguridad social; sin embargo, los pobladores denuncian varias deficiencias. Adarbelio Hernández, campesino, lamenta: “Completamente malísimo, vienen gentes que necesitan el servicio y se los niegan”. Otro campesino, Herminio Merchant, agrega: “a veces no hay ni doctores” y “me dicen que no hay medicamentos”.
Ambulancias en malas condiciones y familias que asumen los costos
Las dos ambulancias del hospital están en condiciones pésimas; las cámaras de Fuerza Informativa Azteca (FIA) constataron que tienen las llantas ponchadas y están cubiertas de tierra. Debido a esto, el traslado de pacientes debe hacerse en otras unidades, con un costo que recae sobre las familias. Hernández denuncia: “11,50,05 das para la gasolina, cuando llega la ambulancia, el paciente ya acabó”.
Aunque el IMSS-Bienestar fue creado para garantizar atención médica gratuita, la realidad es otra. La maestra jubilada Antonia Romero señala que “la salud no es un privilegio, es un derecho del pueblo”, pero los hechos muestran carencias. Judith Méndez, especialista en economía, explica: “No se traduce en una atención efectiva, aunque tú hables de que es gratuito”.
¡Una herencia maldita para el sector salud! La situación en Mecapalapa es una muestra más de la crisis que enfrenta el sector salud. El campesino Herminio Merchant denuncia con frustración: “mejor que nos digan, no les doy, consíganla, no se vale que engañen a uno”. Los mecapaalpenses conviven día a día con estas carencias, mostrando el abandono al que han sido sometidos por años.