Hoy otro precedente aún más oscuro, el de las rentas congeladas que dejaron en ruinas al centro de la Ciudad de México (CDMX) y a muchas otras colonias, un ejemplo de populismo que ya debería estar enterrado. Estas rentas desplomaron la inversión inmobiliaria.
Lo que surgió como un apoyo temporal a las familias en los complicados años cuarenta, terminó en una pesadilla para dueños e inquilinos, le hablamos de las rentas congeladas.
Inversión inmobiliaria afectada por las rentas congeladas
“Al estar congelada desincentiva la inversión, desincentiva totalmente la economía porque quién iba a querer comprar algún inmueble o ponerlo a la renta sabiendo que no iba ni siquiera recuperar lo que les estaba costando el mantenimiento, los prediales, en fin, todos los servicios que se tenían que dar también”, dijo Felipe Cuevas Peña, presidente Profesionales Inmobiliarios CDMX.
Las rentas de diez pesos se mantuvieron por varias décadas y se entablaron miles de juicios para no desalojar las viviendas.
“Y el propietario le decía paga tú y el inquilino decía no es mi inmueble, entonces tampoco lo arreglaba y muchísimas propiedades empezaron a sufrir graves daños y se van para abajo”, mencionó Felipe Cuevas Peña, presidente Profesionales Inmobiliarios CDMX.
Zonas como el Centro Histórico y colonias tradicionales como La San Rafael, La Guerrero y Santa María la Ribera empezaron a sufrir un importante deterioro.
La inversión inmobiliaria se derrumbó más de un 50 por ciento y la plusvalía de las viviendas bajo hasta un 80 por ciento.
“Nadie quiere vivir cerca de un edificio y vivienda en las que están tan deterioradas que se vuelven una cueva de malvivientes por muchos sentidos”, dijo Felipe Cuevas Peña, presidente Profesionales Inmobiliarios CDMX.
Estancamiento económico por rentas congeladas
En el 2001 se derogó la ley de rentas congeladas y se reactivó la construcción de vivienda de todo tipo en la Ciudad de México.
Pero el actual estancamiento económico volvió a frenar esta tendencia, hoy los constructores explican que la reactivación del sector de la vivienda tiene un efecto multiplicador que beneficia a todos, pero que un salto al pasado, nos hundirá a todos por igual.