Con la llegada del invierno, las bajas temperaturas y los cambios bruscos de clima aumentan el riesgo de resfriados y gripa. Para mantenerte saludable durante esta temporada, los especialistas recomiendan seguir tres medidas clave que pueden marcar la diferencia.
De acuerdo a expertos del sitio Banner Health, si empiezas a implementar ciertos hábitos, estos pueden ayudar a que no te contagies y disfrutes de la nueva estación sin sentirte mal:
- Refuerza tus defensas con buena alimentación: consumir frutas y verduras ricas en vitamina C y zinc, como naranja, kiwi, espinaca o almendras, ayuda a fortalecer el sistema inmunológico. Además, mantenerse bien hidratado y evitar el exceso de azúcar contribuye a que el cuerpo responda mejor ante los virus.
- Descansa bien y cuida la higiene diaria: dormir al menos siete horas por noche permite que el cuerpo se recupere y fortalezca su sistema inmune. Además, lavarse las manos con frecuencia, evitar tocarse la cara y limpiar superficies de uso común son hábitos sencillos pero muy eficaces para prevenir contagios.
- Jengibre y miel: esta combinación natural tiene efectos antiinflamatorios y calmantes, ideales para prevenir molestias en la garganta y mantener las vías respiratorias despejadas. Un té de jengibre con miel es perfecto para las noches frías.

Otros cuidados que debes tener en cuenta en invierno para no engriparte
Además de una buena alimentación, según los especialistas es importante seguir otros cuidados para no enfermarte durante el invierno, como por ejemplo:
- Abrigarse por capas: usar ropa térmica o varias capas ligeras para mantener el calor corporal. No olvides cubrir cuello, cabeza y manos, que son las zonas por donde más se pierde temperatura.
- Evitar los cambios bruscos de temperatura: pasar del calor al frío repentinamente puede debilitar tus defensas. Si vas a salir, hazlo de forma gradual y procura mantener tu casa a una temperatura estable.
- Ventilar los espacios cerrados: aunque haga frío, abre las ventanas unos minutos al día para renovar el aire y evitar la acumulación de virus y bacterias en el ambiente.

- Lavarse las manos con frecuencia: es una de las formas más efectivas de prevenir contagios. Usar agua y jabón, especialmente antes de comer o después de estar en lugares públicos.
- Mantente hidratado: aunque no sientas tanta sed como en verano, beber agua, infusiones o caldos calientes ayuda a mantener las mucosas húmedas y a prevenir infecciones respiratorias.
- Evitar el contacto con personas enfermas: si alguien tiene síntomas de gripe o resfriado, mantén cierta distancia y no compartas objetos personales.














