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Sismos lentos y “jalones” transitorios: UNAM revela un proceso que podría advertir sobre grandes terremotos

Un equipo de la UNAM ha descubierto que “jalones transitorios” en la placa de Cocos anteceden a grandes terremotos. Este hallazgo es único en el mundo.

Descubren señales precursoras de grandes sismos; su estudio se enfoca en la brecha sísmica de Guerrero.
Utilizando tecnología geodésica submarina, científicos mexicanos detectaron dos sismos lentos que precedieron a terremotos de magnitud mayor a 7.|IA
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Un equipo científico de la UNAM, encabezado por Víctor Manuel Cruz Atienza del Instituto de Geofísica, ha revelado la existencia de fenómenos tectónicos que anteceden a sismos de gran magnitud, un hallazgo publicado en la prestigiosa revista Science Advances.

El estudio se centra en la brecha sísmica de Guerrero, una zona que no ha experimentado un movimiento telúrico superior a magnitud 7 desde 1911, y busca comprender las causas de este prolongado silencio sísmico.

Tecnología geodésica submarina: una proeza técnica

Para lograrlo, el grupo de trabajo instaló en 2017 una red de instrumentos geofísicos en el lecho marino frente a la costa guerrerense. Utilizando sensores de presión e inclinómetros montados en trípodes de acero a profundidades de hasta cinco mil metros, los especialistas lograron una proeza técnica.

Descubrieron que la compactación de los sedimentos marinos bajo las patas de los aparatos funciona como un amplificador mecánico, permitiéndoles medir con una precisión inédita las sutiles rotaciones del fondo oceánico vinculadas a procesos tectónicos, aislándolas del ruido oceanográfico.

Gracias a esta innovadora tecnología geodésica submarina, los académicos han detectado los dos primeros sismos lentos registrados bajo el mar en territorio mexicano.

Uno de estos deslizamientos migró desde la fosa oceánica hasta la zona donde se originó el sismo de Acapulco en septiembre de 2021, provocando su ruptura. Este descubrimiento demuestra cómo un evento lento submarino puede alterar los esfuerzos en la corteza y desencadenar un gran terremoto.

El eslabón perdido: sismos lentos y “jalones” transitorios

Aún más revelador fue el hallazgo de deformaciones transitorias en la placa de Cocos durante los meses previos a tres sismos de magnitud superior a 7: Huatulco 2020, Acapulco 2021 y Michoacán 2022. Este fenómeno, denominado “jalones transitorios de placa”, consiste en una aceleración en la velocidad de subducción y representa la primera evidencia a nivel mundial de un proceso regional que antecede a rupturas sísmicas de importancia.

Cruz Atienza advirtió que, si bien los deslizamientos lentos no siempre culminan en un terremoto, la probabilidad aumenta durante periodos de alta actividad sísmica como el que vive el país desde 2012. Este avance abre la puerta a la posibilidad de emitir alertas preventivas en el futuro, un protocolo similar al que ya existe en Japón.

La investigación tiene especial relevancia para la Ciudad de México, ya que la brecha de Guerrero es el segmento de subducción más cercano a la capital. Un evento de magnitud 8 en esa región podría producir sacudidas dos o tres veces más intensas que las sufridas en 1985. Por ello, el equipo busca un financiamiento de 215 millones de pesos para instalar estaciones más modernas y confirmar la existencia sistemática de estas señales precursoras, lo que podría sentar las bases para un sistema de alerta temprana con impacto internacional.

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