Este martes 2 de septiembre comenzó en Brasil el juicio contra el expresidente Jair Bolsonaro, acusado de liderar un intento de golpe de Estado en 2022. Junto a él se encuentran en el banquillo siete excolaboradores, entre ellos exministros y generales de su administración. Las audiencias se llevarán a cabo los días 2, 3, 9, 10 y 12 de septiembre, y se espera que las sentencias se dicten en un plazo máximo de 10 días.
Bolsonaro, de 70 años, enfrenta cargos por cinco delitos contra el orden democrático, incluyendo conspiración y abuso de poder. Actualmente cumple prisión domiciliaria acusado de obstruir las investigaciones que buscan esclarecer los hechos ocurridos tras las elecciones presidenciales de 2022, en las que resultó ganador Luiz Inácio Lula da Silva.
Máxima seguridad en el Tribunal Supremo Federal
El juicio se desarrolla bajo estrictas medidas de seguridad. El Tribunal Supremo Federal (TSF), en Brasilia, está fuertemente custodiado por fuerzas policiales y servicios de inteligencia, ante el impacto político y social del proceso. El tribunal está integrado por cinco jueces, entre ellos Cristiano Zanin, exabogado del presidente Lula da Silva, y Flávio Dino, exministro de Justicia.
Supporters of Brazil's former president Jair Bolsonaro rallied in Brasilia ahead of the final deliberations in his trial over an alleged plot to overturn the 2022 presidential election pic.twitter.com/Vto7VITeS1
— Reuters (@Reuters) September 1, 2025
La acusación, encabezada por el fiscal general Paulo Gonet, señala a Bolsonaro como el “principal articulador” y “líder” de una conspiración destinada a anular los resultados electorales y perpetuarse en el poder.
Contexto político y repercusiones
El proceso judicial contra Bolsonaro marca un momento histórico para la democracia brasileña, ya que se trata de uno de los juicios más mediáticos en la historia reciente del país. La cobertura internacional refleja el peso de este evento, que podría sentar un precedente en América Latina respecto al enjuiciamiento de expresidentes por delitos contra el orden constitucional.
Mientras tanto, partidarios y detractores del exmandatario se mantienen en tensión, con manifestaciones convocadas a las afueras de Brasilia. Expertos coinciden en que el fallo será clave para el futuro político de Bolsonaro y el fortalecimiento del sistema judicial brasileño.