La historia de las dos mexicanas heridas en estampida de Seúl

Dos mexicanas quedaron atrapadas en la estampida de Seúl, por fortuna lograron salir con vida y relatar los estremecedores minutos que vivieron atrapadas.

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Escrito por: Fuerza Informativa Azteca
Mexicanas sobreviven en estampida de Seúl
| Reuters

El fin de semana, un popular barrio en la capital de Corea del Sur abrió sus puertas a cientos de jóvenes para celebrar Halloween, después de dos años cerrado por la pandemia; sin embargo, la tragedia se apoderó del momento y una inesperada estampida de Seúl, acabó con la vida de al menos 156 personas. También dejó cientos de historias de sobrevivientes, entre ellas dos mujeres mexicanas.

Juliana Velandia y Carolina Cano, de 23 y 21 años de edad respectivamente, fueron las dos únicas mexicanas que resultaron lesionadas en la estampida de Seúl, ambas relataron su experiencia para la cadena BBC.

Las dos mexicanas son originarias de Mexicali, Baja California, llegaron a Seúl en agosto por un intercambio universitario.

EL 29 de octubre, Juliana y Carolina decidieron ir a pasear para conocer cómo era la celebración en Corea del Sur. Cuando salieron tomaron en cuenta que podía haber mucha gente, pero no esperaban una estampida de Seúl.

Las dos amigas contaron cómo vivieron los estremecedores minutos atrapadas entre decenas de personas, sin poder moverse, heridas y separadas una de la otra.

Mexicanas en estampida de Seúl

Las jóvenes mexicanas salieron a caminar y tomar unas fotos, cuando iban a regresar a su departamento tuvieron que entrar al callejón de Itaewon con la intención de llegar al Metro.

Al comenzar a caminar notaron que había demasiada gente, pero creyeron que poco a poco se iba a empezar a dispersar, como sucede día a día en el Metro de Seúl.

“Estamos acostumbradas a que a veces en el Metro haya mucha gente y estamos como sardinas, pero pues sí podemos respirar y sabemos que se va a calmar cuando la gente se va yendo. Y pensamos que iba a ser así también”.

Sin embargo, eso no ocurrió, por el contario, cada vez había más y más gente, hasta el punto en que comenzaron los empujones, ambas se soltaron y se perdieron entre la multitud del callejón.


“Llegó un punto en el que ya no podíamos mover ni una sola parte de nuestro cuerpo, ya éramos una masa de cuerpos. O sea había gente abajo de mí, encima de mí, por todos lados”.

Juliana recordó que era tanta la gente alrededor que ya no podía expandir sus pulmones para respirar: “mis pies ya no tocaban el suelo porque había cuerpos debajo de mí, otros me aplastaba las piernas y dejé de sentirlas”.


La historia de Carolina fue muy similar, la calle estaba en pendiente, así que como un efecto dominó caían unos encima de otros.

“Recuerdo tener un muchacho al lado. Su cuello estaba sobre mi cuello, él trataba de salir, de sacar su cabeza, hasta que yo ya no podía respirar. Me estaba ahogando, sentía ganas de vomitar, me estaba aplastando mi cuello”.

Cuando Carolina pensó que moriría en medio de la estampida de Seúl, vio que los cuerpos de emergencia comenzaron a llegar. La mexicana estaba atrapada en medio de varios cuerpos, por lo que no la podían sacar y el aire cada vez era menos, hasta que un chico le ayudó empujándola y liberó sus piernas.

Una vez a salvo, las dos amigas se buscaron y al encontrarse solo pudieron abrazarse y llorar por el milagro de estar vivas.

Las mexicanas dijeron que pasaron alrededor de 40 o 50 minutos atrapadas en la estampida de Seúl.

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