Un momento de confusión cultural marcó la ceremonia oficial de bienvenida en Palacio Nacional. Durante el encuentro entre la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y el presidente de Singapur, Tharman Shanmugaratnam, un gesto particular llamó la atención de las cámaras.
El gesto incómodo
— Fuerza Informativa Azteca (@AztecaNoticias) December 1, 2025
Durante la ceremonia oficial en Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum extendió la mano hacia la esposa del presidente de Singapur, Tharman Shanmugaratnam.
Sin embargo, él levantó el brazo marcando distancia. El momento quedó registrado y genera… pic.twitter.com/efqWjkCX01
Cuando la mandataria mexicana extendió su mano para saludar a Jane Ittogi, esposa del presidente singapurense, este último interpuso su brazo sutilmente, indicando distancia y evitando que se concretara el estrechón de manos entre ambas mujeres. Aunque en occidente el gesto pudo interpretarse como un rechazo, expertos en protocolo señalan que obedece a estrictas normas culturales de la región asiática.
La razón por la que el presidente de Singapur evitó que Claudia Sheinbaum saludara a su esposa
Para entender lo sucedido, es necesario recurrir a la etiqueta diplomática y las costumbres culturales de Singapur y, específicamente, de la herencia cultural del mandatario.
En gran parte de Asia, y particularmente en las culturas con influencia india (el presidente Shanmugaratnam es de ascendencia tamil) y malaya, el contacto físico público entre personas de distinto sexo, o incluso entre mujeres en ceremonias solemnes, no es la norma. A diferencia de Latinoamérica, donde el contacto es sinónimo de calidez, en estas culturas la distancia es sinónimo de respeto.
La forma más respetuosa de saludo en contextos formales para personas de ascendencia india o en el contexto multicultural de Singapur no es el apretón de manos, sino una leve inclinación de cabeza o el gesto de juntar las palmas o simplemente colocar la mano sobre el corazón.
El gesto del presidente de Singapur de "bloquear" o señalar con el brazo no suele ser una grosería, sino una indicación de proxémica. Es probable que estuviera indicando a su esposa la posición correcta a tomar o protegiendo el protocolo de "no contacto" que ellos manejan, evitando poner a su esposa en la situación de romper su propia etiqueta o rechazar directamente la mano.
Mientras que para la presidenta Sheinbaum extender la mano es un acto natural de hospitalidad política, para la pareja presidencial de Singapur, mantener la distancia física es la forma más elevada de mostrar reverencia y formalidad.













