El armamento que ostenta los miembros de la delincuencia organizada es superior al de los policías municipales del país; por ejemplo, mientras los criminales usan los llamados cuernos de chivo, los Barret calibre 50 y lanza granadas de marcas estadounidenses, ruso y checoslovacas, en las fuerzas de seguridad pública portan armas semiautomáticas .45 o 9mm de uso exclusivo del ejército y escopetas.
En caso de la Policía estatal la situación es muy similar, pues los elementos del crimen organizado usan armas largas de hasta 285 metros; en tanto la policía estatal usa revólveres calibre .357 y los superiores .38 especial y pistolas 9 mm, Galil 5.5, AR-15 5.5
Criminales usan balas capaces de penetrar chalecos
En el caso de la protección personal no es muy diferente la cosa, pues mientras los policías municipales y algunas corporaciones de seguridad pública estatal cuentan con uniformes y fornituras; los criminales tienen chalecos antibalas, cascos de kevlar , teléfonos satelitales, drones, googles y mirillas tácticas infrarrojas.
Tan solo el arma más común y poderosa de los cárteles es el Barret M82A3, el cual tiene balas percutidas capaces de penetrar chalecos antibalas y blindajes nivel 8, es decir, de las fuerzas armadas del país.
Fuerzas Federales superan al crimen organizado en equipo táctico y vehículos
Otro contraste se observa en la movilidad, ya que dependiendo la región, el crimen organizado usa vehículos blindados y todo terreno; en las zonas rurales, cuatrimotos y motos camionetas de doble tracción; en las zonas urbanas los delincuentes se trasladan en camionetas de alta gama blindadas y para enfrentar a las policías de manera artesanal blindan vehículos a los que han denominado monstruos.
Y en cuanto al comparativo con los criminales, las Fuerzas Federales los superan en estado en fuerza, equipo táctico, tecnología militar, vehículos de tierra, mar y aire.
Sin embargo, la mayor ventaja de la delincuencia organizada frente a las autoridades del país es el límite que imponen los criterios del llamado uso legítimo de la fuerza.