No hay manual que nos prepare para hablar de sexo con tu hijo adolescente. Sin embargo, para muchos papás y mamás los nervios los invaden, también la vergüenza o simplemente no saben por dónde empezar a platicar sobre relaciones sexuales con ellos.
Y aunque parezca un tema incómodo, los especialistas insisten en que hacerlo es fundamental, ya que fortalece la confianza y ayuda a que los chicos tomen mejores decisiones en el futuro. El detalle está en que, sin darnos cuenta, a veces cometemos errores que hacen que los adolescentes cierren la puerta y busquen respuestas en otros lados. Y lo preocupante es que esos “otros lados” suelen ser internet o los amigos, donde la información no siempre es la más confiable. Entonces, ¿qué tipo de comentarios debes abordar y cuáles evitar?
¿Qué es lo que NO debes hacer al hablar de sexo con tus hijos adolescentes?
Lo primero es no reaccionar con enojo o cara de “tierra trágame” cuando surge el tema. Esa actitud manda el mensaje de que es algo malo o prohibido, y lo último que queremos es que nuestros hijos sientan que no pueden confiar en nosotros.
Otro error típico, según expertos, es querer soltar toda la información de golpe, como si fuera una clase rápida de sexualidad. No funciona así. Lo mejor es ir resolviendo dudas poco a poco, adaptándonos a lo que ellos preguntan o necesitan en ese momento.
Tampoco conviene reducir la charla a “el sexo es para tener bebés”. Sí, claro, esa es una parte, pero se queda cortísima. También hay que hablar de consentimiento, de respeto, de relaciones sanas y de la importancia de cuidarse.
Entonces, ¿cómo SÍ deberías hablar de sexo con tu hijo adolescente?
Los expertos coinciden: con naturalidad. La organización Plannedparenthood, no hay que esperar al “momento solemne” porque probablemente nunca llegue. Es mejor aprovechar situaciones del día a día, un comentario en la tele, una pregunta al aire, o hasta algo que escuchen en la escuela.
La clave está en contestar con honestidad, sin burlas, sin juicios y, sobre todo, con paciencia. Y ojo: poner límites también es parte de la educación sexual.

Si, por ejemplo, un hijo se autoexplora, lo peor es regañarlo o hacerlo sentir avergonzado. Lo recomendable es explicarle que es algo normal, pero que pertenece a la intimidad.
Lo mismo si entran al cuarto en un momento incómodo. Más que dramatizar, conviene explicarles con calma que los adultos también tienen derecho a su privacidad.
¿Por qué es tan importante hablar de sexualidad sin miedo ni tabúes?
Porque está demostrado que funciona. La American Academy of Pediatrics ha señalado que los adolescentes que hablan de sexualidad con sus padres no empiezan antes su vida sexual, al contrario, suelen esperar más y, cuando lo hacen, toman decisiones más responsables.
Al final, la sexualidad forma parte de la vida, y hablarla sin tapujos, desde la confianza y el respeto, no solo rompe tabúes. También fortalece la relación con nuestros adolescentes. Y eso, a la larga, es la mejor herramienta para que crezcan seguros y con relaciones más sanas.