En México existe un rezago laboral para las madres, pues independientemente del contexto, solo el 41% de las mujeres con hijos se encuentran activas laboralmente, de acuerdo con el último reporte del INEGI, el cual hace un corte en el Censo de Población y Vivienda de 2020.
En este sentido y de acuerdo con un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las madres con hijos tienen un 5% menos de probabilidades de emplearse, respecto a las que no tienen crías. Si a esto se añaden cuestiones socioculturales que involucran la interrupción de formación educativa cuando llega uno o más hijos, las oportunidades laborales disminuyen, en especial las que involucran un salario digno.
Para poner en contexto sobre la situación de las madres solteras, del total de mujeres que tienen hijos en México, el cual asciende a más de 35 millones, según INEGI, el 71% se encuentra casada o en unión libre, lo que deja a un 29% de madres sin una pareja para sostener a su familia.
De este porcentaje, el mismo estudio del BID revela que las madres solteras tienen una mayor participación económica respecto a las que sí tienen pareja. Lo anterior puede significar la persistencia de roles de género, pues se apoya la idea de que las mujeres dedican más tiempo al trabajo no remunerado en casa cuando hay una contraparte capaz de sostener económicamente a la familia.
Madres solteras en México: Las complicaciones para encontrar trabajo
Para responder a la pregunta de si en México es posible trabajar siendo madre soltera, es importante señalar que aunque el porcentaje de empleo es superior respecto al de las madres en familias nucleares, las condiciones laborales e ingresos económicos tienden a ser de menor calidad.
Un estudio comparativo de la UNAM indica que la posibilidad de obtener un trabajo para una madre soltera es inferior respecto al de un hombre. Además de que prevalece un rezago para acceder a puestos directivos, ya que “los trabajos de las mujeres son generalmente a nivel operativo y reproducen tareas domésticas”, esto, por otro lado, apoya la permanencia de los roles de género y también se traduce en menores ingresos.
Con lo anterior, es posible afirmar que un gran porcentaje de madres solteras tienen que remar contra corriente para poder acceder a un empleo digno, aunque los números reflejen una mayor actividad laboral respecto a las que sí tienen pareja.
