La implosión del sumergible Titán, el cual llevaba a cinco pasajeros a ver los restos del Titanic en el océano Atlántico en el año 2023, fue debido a una ingeniería defectuosa, revelaron las autoridades de Estados Unidos.
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés) reveló el informe final de lo sucedido el 18 de junio de 2023, alrededor de las 10:47 horas, tiempo local cuando la nave implosionó y quitó la vida a todos sus ocupantes.
Conclusión oficial: La implosión del Titán fue causa de “ingeniería defectuosa”
El informe señala que la ingeniería defectuosa en el Titán “resultó en la construcción de un recipiente a presión compuesto de fibra de carbono, que presentaban múltiples anomalías y no cumplía con los requisitos necesarios de resistencia y durabilidad”.
La NTSB añadió que OceanGate, la empresa propietaria del Titán, no realizó las pruebas adecuadas al sumergible e incluso desconoció cuál era su verdadera durabilidad.
La negligencia de OceanGate: Fallas en las pruebas y desconocimiento de la durabilidad real
Además, señalan que el sumergible tuvo daños por dos inmersiones anteriores y que el deterioro continuó hasta su última y fatal misión. Resaltaron que, aunque la empresa tenía datos de monitoreo en tiempo real del Titán, estos estaban dañados y por ello no podían saber que tenía que ser retirado de servicio.
Un hecho prevenible: El informe de la NTSB coincide con el aviso de la Guardia Costera
En agosto de 2025, la Guardia Costera de Estados Unidos publicó un reporte que coincide con el revelado por la NTSB el 15 de octubre de 2025, donde describe que la implosión del Titán era un hecho que se pudo prevenir.
En ese entonces, la Guardia Costera reportó que los procedimientos de seguridad de OceanGate eran deficientes y había discrepancias entre los protocolos de seguridad y lo que ocurría en la realidad.
¿Qué pasó con el Titán?
El sumergible Titán estaba en operación desde 2021. Su último viaje fue el 18 de junio de 2023, cuando perdió contacto con el barco de apoyo dos horas después de comenzar su inmersión.
Diversos cuerpos de emergencia acudieron a la zona, ubicada a 700 kilómetros al sur de St. John’s, Terranova, una isla de Canadá.
Por varios días, el personal de emergencia realizó la búsqueda de la nave o de sus restos, pero al avanzar el tiempo, las autoridades comenzaron a determinar que no había sobrevivientes.