Las terapias de conversión sexual, reparativas o de deshomosexualización, son los nombres con que se conoce a una serie de métodos pseudocientíficos enfocados al cambio de la orientación sexual de personas homosexuales y bisexuales, práctica que ha sido prohibida y castigada por el Congreso de Jalisco, que avaló multas a quienes realicen estas prácticas. Pero, ¿qué son y en qué consisten estas prácticas?
Las llamadas terapias de conversión sexual tienen el fin de intentar “convertir” a las personas homosexuales en heterosexuales o para eliminar o disminuir sus deseos y comportamientos con personas de su mismo sexo.
Estos métodos incluyen la modificación del comportamiento, la terapia de aversión, la oración y el consejo religioso, entre otras prácticas que han sido consideradas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como prácticas de tortura.
Incluso, el Experto Independiente de las Naciones Unidas sobre orientación sexual e identidad de género, Víctor Madrigal-Borloz, ha hecho un llamado a los Estados con miras a “colaborar para instaurar la prohibición mundial de las terapias de conversión sexual”.
El experto ha explicado que estas prácticas son “inherentemente discriminatorias, crueles, inhumanas y degradantes y que, según el grado de dolor físico o mental infligido a la víctima, pueden equivaler a formas de tortura.
¿En qué consisten las terapias de conversión sexual?
El términoterapias de conversión sexual abarca intervenciones que tienen por finalidad cambiar la orientación sexual de una persona o su identidad de género; sus promotores afirman que estas terapias pueden transformar a las personas gays, lesbianas o bisexuales en heterosexuales y a las personas trans o de género diverso/diferente a cisgénero, lo que significa que la identidad de género corresponde al sexo asignado al nacer.
“Los métodos de las terapias de conversión se basan en la creencia de que las personas de orientación sexual e identidad de género diferente son de alguna manera inferiores moral, espiritual o físicamente, debido a su orientación o identidad y que se ha de modificar esa orientación o identidad para solucionar esa inferioridad”, declaró Madrigal-Borloz.
En el informe que presentó ante el Consejo en el año 2020, el experto define las tres estrategias principales de las “terapias de conversión sexual”:
- Intervención psicoterapéutica basada en la creencia de que la diversidad sexual o de género tiene su origen en una crianza o experiencia anormal
- Prácticas médicas basadas en la teoría que considera que la diversidad sexual o de género es una disfunción biológica inherente
- Intervenciones basadas en la fe, que actúan bajo la premisa de que hay algo intrínsecamente maligno en la orientación o identidad de género diversas.
Madrigal-Borloz señaló los abusos físicos, psicológicos y sexuales, así como la electrocución, la medicación forzada, el aislamiento, el confinamiento, las injurias y la humillación como ejemplos de métodos aplicados para tratar de obtener la conversión.
Un método utilizado de manera recurrente es la aversión, en la cual se somete a la persona a una sensación negativa, dolorosa o angustiante mientras se le expone a un estímulo vinculado a su orientación sexual.
Terapias crueles, equivalentes a la tortura
Las intervenciones también se basan en enfoques farmacológicos, tales como la medicación o los tratamientos de hormonas o esteroides. El experto presentó ejemplos en los que, a menudo, los individuos que fracasan de manera inevitable en la “conversión” de su orientación sexual son presionados para que se sometan a cirugía de afirmación de género, debido a la creencia de que esta puede neutralizar su orientación.
Las víctimas de las terapias de conversión sexual también suelen ser sometidas a los dogmas de consejeros espirituales y a programas para curarse de su “condición”. Estos programas pueden incluir calumnias homófobas, palizas, encadenamientos, privación de alimento e incluso exorcismos.
“La práctica de las terapias de conversión no sólo es ineficaz, sino que también puede ser extremadamente dañina. Las terapias a menudo entrañan sensaciones de dolor y sufrimiento, que permanecerán durante mucho tiempo y dejarán cicatrices indelebles en la mente y el cuerpo de la persona”, añadió Madrigal-Borloz. “La combinación de los efectos de la humillación profunda y la sensación de impotencia genera sentimientos de vergüenza, culpabilidad, repugnancia de sí mismo e inutilidad, que pueden dañar la autoestima y causar cambios permanentes de personalidad”, señaló en su informe de ese año.
Entre los ejecutores de estos métodos de conversión figuran determinados proveedores públicos y privados de sanidad mental, organizaciones religiosas, curanderos tradicionales y agentes estatales. Las familias, los miembros de la comunidad, las autoridades políticas y otros agentes son, entre otros, los responsables de promover las presuntas terapias, incluso algunos funcionarios del Estado, tales como jueces u oficiales de policía, pueden ordenar que se apliquen terapias de conversión sexual, aunque estas no estén estipuladas de manera explícita en la ley.
También se realizan mediante decretos gubernamentales; Madrigal-Borloz cita ejemplos de países que han adoptado planes para reducir las conductas consideradas inmorales, entre otras los comportamientos homosexuales, y promover específicamente la práctica de “terapias de conversión”, incluso a través de programas universitarios.
Para el experto, los niños y la gente joven son especialmente vulnerables a estos métodos, ya que la exposición temprana a estas intervenciones se asocia a sentimientos de ansiedad, depresión, desórdenes de estrés postraumático, ideas suicidas e intentos de suicidio.
“La decisión de someter a un niño a prácticas de conversión nunca redundará realmente en su beneficio”, señala el experto.
Cabe mencionar que en 2012, la Organización Panamericana de la Salud señaló que las “terapias de conversión sexual” no tienen justificación médica y representan una amenaza para la salud y los derechos humanos de sus víctimas, y en 2016, la Asociación Mundial de Psiquiatría llegó a la conclusión de que “no existen pruebas científicas sólidas de que se pueda cambiar la orientación sexual innata”. En 2020, el Grupo de Expertos Forenses Independiente declaró que la oferta de “terapias de conversión” es una modalidad de timo, publicidad engañosa y un fraude.
Congreso de Jalisco castiga terapias de conversión sexual
La madrugada de este jueves, el Congreso de Jalisco prohibió y las terapias de conversión, tema que ya estaba en segunda lectura y tenía tres años en la congeladora y ahora contempla sanciones de cárcel de seis meses a cinco años.
Además fueron aprobadas multas para las llamadas terapias de conversión, es decir a quienes promuevan, apliquen o financien cualquier tipo de tratamiento, terapia o práctica para modificar, reorientar o anular la orientación sexual de una persona.