En un lapso de pocas semanas, el estado de Sinaloa ha sido el epicentro de un drástico reforzamiento de la seguridad que va más allá de un simple aumento de patrullajes. El arribo de cientos de elementos de élite del Ejército y la decisión de equipar a la Policía Estatal con armamento de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas plantean una pregunta ineludible: de qué grado es el problema en la entidad y qué lo separa de una verdadera guerra interna.
La estrategia, impulsada desde el Gobierno federal, no solo implica un aumento numérico, sino una profunda transformación en la naturaleza de la seguridad pública estatal, fusionando de facto las capacidades policiales con las militares para hacer frente a los “retos en materia de seguridad” que han afectado a Sinaloa.
El Trasfondo: La explosión del Cártel de Sinaloa y la sombra del CJNG
Los “retos de seguridad” a los que aluden las autoridades tienen un nombre: la violenta guerra interna que fractura al Cártel de Sinaloa. Tras la caída de los grandes líderes, dos facciones se disputan a sangre y fuego el control del imperio criminal:
- “Los Chapitos": La facción liderada por los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, conocida por su agresividad y su dominio en el tráfico de fentanilo.
- “La Mayiza": La facción histórica leal a Ismael “El Mayo” Zambada, que representa a la “vieja guardia” del cártel.
Este conflicto ha escalado a niveles de guerra abierta en varias zonas del estado a raíz del presunto secuestro del “Mayo” a Estados Unidos. Para complicar aún más el panorama, informes de inteligencia de Estados Unidos han advertido que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha intervenido en esta disputa.
Presuntamente, el CJNG ha forjado una alianza de conveniencia con la facción de “Los Chapitos”, buscando avivar el fuego del conflicto interno para debilitar a su histórico rival, el Cártel de Sinaloa, y eventualmente potenciar su actividad apropiándose de sus rutas e inteligencia; sin embargo, esta información sigue siendo esquivada por el Gabinete de Seguridad de México, quienes aseguran que la presencia de chalecos con las cuatro siglas son para generar confusión.
Incrementa el envío de Fuerzas Armadas Especiales a Sinaloa
La intensificación de la presencia federal en Sinaloa ha sido rápida y contundente. La cronología de los hechos demuestra una escalada planificada:
- 14 de junio de 2025: Por instrucción presidencial, se anuncia el despliegue de 1,600 elementos (1,200 del Ejército y 400 de la SSPC) para reforzar la seguridad en el estado.
- 22 y 23 de julio de 2025: Arriban a Culiacán 300 efectivos de unidades de élite: 150 de Fuerzas Especiales y 150 de la Brigada de Fusileros Paracaidistas del Ejército.
- 27 de julio de 2025: Se suma un contingente adicional de 90 efectivos del Cuerpo de Fuerzas Especiales.
Este despliegue de fuerzas de élite, especializadas en operaciones de alto impacto, se suma a la llegada de varios convoyes el pasado 2 de agosto, captados en video mediante un traslado terrestre. Medios locales señalaron la presencia de mil 500 elementos de las Fuerzas Armadas, pero de este movimiento no hubo comunicado oficial.
La movilización, que recuerda a la intensa actividad que se vivió tras la captura de Ovidio Guzmán en el 2023, pone en evidencia que la misión va más allá de la disuasión y se enfoca en objetivos específicos y de alta peligrosidad.
Por instrucción de la Presidenta @Claudiashein , con el General Ricardo Trevilla Secretario de @Defensamx1 nos trasladamos a Sinaloa con el objetivo de reforzar la presencia con 1,200 efectivos
— Omar H Garcia Harfuch (@OHarfuch) June 14, 2025
del Ejército Mexicano y 400 elementos más de @SSPCMexico .
El compromiso con Sinaloa… pic.twitter.com/FF2XcEGGoH
Más que refuerzos: Ejército firma convenio para equipar a la Policía de Sinaloa
El punto de inflexión de esta nueva estrategia se formalizó el 18 de agosto, durante una ceremonia encabezada por el General Secretario de la Defensa Nacional, Ricardo Trevilla Trejo. Más allá de la entrega de un centenar de patrullas, se anunciaron medidas que en la práctica militarizan a la Policía Estatal de Sinaloa:
- Armamento de Uso Exclusivo: Se autorizó que la Licencia Oficial Colectiva de la policía estatal incluya armas de alto poder, reservadas hasta ahora para las Fuerzas Armadas.
- Mandos Militares: Se confirmó que personal militar ocupará cargos de mando y dirección dentro de las estructuras de seguridad pública del estado.
- Inteligencia Militar: Los nuevos centros de monitoreo y videovigilancia en Culiacán serán operados directamente por personal del Ejército.
- Adiestramiento Militarizado: Los nuevos 150 agentes estatales que serán reclutados recibirán su formación de instructores especializados de la Guardia Nacional.
En representación del @GabSeguridadMx, el titular de la @SSPCMexico, @OHarfuch, informó sobre los resultados en Sinaloa:
— Gabinete de Seguridad de México (@GabSeguridadMX) August 18, 2025
◾️ 1,615 personas detenidas por delitos de alto impacto.
◾️ 3 mil armas de fuego aseguradas.
◾️ 64 toneladas de droga incautadas, incluyendo más de una… pic.twitter.com/HXwwP5O9Bg
¿Preparativos para una “guerra” o una nueva “Estrategia de Paz?
Oficialmente, la misión declarada es “regresar la paz y tranquilidad a Sinaloa” y “fortalecer el estado de derecho"; sin embargo, el tipo de armamento, el perfil de las tropas de élite y la transferencia del mando operativo de la policía al Ejército, son indicadores que apuntan a la preparación para una confrontación de alta intensidad, no a una estrategia de policía de proximidad.
La declaración del General Trevilla Trejo, al señalar que el esfuerzo implica “hasta el hecho de ofrendar la vida misma si es necesario”, subraya la gravedad de la situación.
Si bien el objetivo declarado es la paz, las herramientas y la fusión de mandos sugieren que el gobierno se está preparando para contener una guerra a tres bandas (“Los Chapitos” y “La Mayiza”, con la sombra del CJNG presente), concluyendo que la capacidad de fuego de estos grupos ha rebasado por completo las capacidades de una policía civil tradicional.