El gobierno federal anunció formalmente su más reciente estrategia para garantizar el suministro de medicamentos en el país, un plan que se da a conocer tras la anterior iniciativa, conocida como la Megafarmacia, que operó en 2023. La nueva propuesta, ahora denominada Farmacias del Bienestar, fue presentada con gran cobertura mediática el martes pasado en Palacio Nacional.
El gobierno presenta la estrategia Farmacias del Bienestar, tras el fracaso de la Megafarmacia en 2023
En la exposición, las autoridades prometieron que el sistema contaría con un inventario de cinco mil unidades de fármacos disponibles. Detallaron que, inicialmente, el programa incluiría veintidós tipos distintos de medicinas. Según lo informado, esta selección cubre cerca del ochenta por ciento de los insumos médicos que utiliza la población de edad avanzada en México.
No obstante el entusiasmo oficial, un equipo periodístico de Fuerza Informativa Azteca visitó una de las quinientas unidades médicas en el Estado de México designadas para el arranque del programa. En la clínica de Ecatepec, apenas un día después de su lanzamiento, la instalación dedicada a la Farmacia del Bienestar brillaba por su ausencia en el exterior, donde únicamente se encontraba un distintivo o logotipo.
Al revisar el interior del centro de salud, se constató que tanto el módulo de atención como el estante de almacenamiento no estaban operativos; de hecho, se encontraban arrumbados y sin montar en un área de la sala de espera, sin que existiera personal asignado para su funcionamiento.
Expertos critican el programa por falta de infraestructura y cumplimiento de la Ley General de Salud
Esta situación generó una nueva ola de decepción entre los ciudadanos. Los adultos mayores, quienes acuden regularmente a este sitio para recibir atención y medicamentos que previamente se entregaban mediante el programa MIEI (el mismo sistema de distribución), se sintieron defraudados una vez más.
Las declaraciones de los ciudadanos reflejan un profundo escepticismo, señalando que las promesas no son más que "palabras huecas" y que "la realidad es otra". Los testimonios mencionan anteriores ofrecimientos de servicios, como disponibilidad de medicinas y doctores a domicilio, calificándolos como "falsedades".
Ante estas fallas de operación y el contexto de la escasez de medicamentos que prevalece a nivel nacional, expertos en el tema han emitido críticas contundentes. Los especialistas han calificado el esquema como precipitado e improvisado, describiéndolo como una "farmacia meramente estética," útil solo para efectos de relaciones públicas, pero "huérfana de respaldo normativo".
Se advierte que este modelo transgrede lo establecido en el artículo 257 de la Ley General de Salud, el cual exige que toda farmacia cuente con la infraestructura y los controles sanitarios adecuados para poder dispensar medicinas. La situación es considerada ilegal, pues al no haber trazabilidad, no se puede asegurar la integridad de los productos.
Esto representa un riesgo para la salud pública al no saber si los fármacos serán expuestos al sol, si se respetarán sus fechas de caducidad o si se mantendrán las condiciones de temperatura necesarias para aquellos que requieren refrigeración.
Finalmente, el monto económico destinado al presupuesto de esta iniciativa no ha sido revelado. Existe la seria preocupación de que el nuevo programa no tenga la capacidad de cubrir las necesidades de surtido de recetas de pacientes que requieren tratamientos continuos para enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión arterial.













